El enojo es un estado emocional que puede hacerse presente en cualquier momento y afectar tanto a niños como a adultos.
Espectador de Caracas/ 2001
Cuando ocurre varía de intensidad, es decir, que puede ir desde una irritación leve hasta una furia e ira intensa, que si no se logra manejar de una manera correcta, puede ser perjudicial, pues está acompañada de cambios psicológicos y biológicos.
¿Cómo se define el enojo?
Se define como la ira, bronca, cólera enfado, rabia o furia, es en definitiva una emoción que se expresa a través del resentimiento o de la irritabilidad.
En conclusión, generalmente es una respuesta a una amenaza, a sentirse avergonzado, o a alguna injusticia.
Las personas expresan su enojo de distintas maneras, por ejemplo, con gritos, empujones, golpes y hasta tirando objetos.
Manejarlo es clave
Cuando las personas se enojan la frecuencia cardíaca y la presión arterial se elevan, y lo mismo sucede con el nivel de hormonas de energía, adrenalina y noradrenalina.
Aunque expresar el enojo puede ser dañino para la salud, según la manera cómo reaccione el ser humano, no hacerlo y reprimirse también es dañino.
Por tanto, es fundamental que las personas aprendan a manejar su enojo y dejar claro cuáles son sus necesidades y cómo realizarlas sin lastimar a otros.
Un punto importante es reprimir el enojo y convertirlo en una conducta mucho más constructiva, pero que quede claro, en ocasiones el enojo puede quedarse en el fuero interno y causar a la larga hipertensión, presión arterial alta o depresión.
Es decir, el enojo no expresado puede generar otros problemas de salud y hasta emocionales.
En este sentido, lo correcto no es reprimirse, sino buscar alternativas que te permitan calmarte interiormente, como por ejemplo, a través de la respiración.
Finalmente, la persona debe aprender no sólo a controlar su conducta externa sino también controlar sus respuestas internas para así reducir su ritmo cardiaco, calmarse y dejar que los sentimientos pasen.
Estrategias a seguir
1. Respira profundamente, desde el diafragma.
2. Repite lentamente una palabra o frase tranquilizadora como «relájate» o «tómalo con calma.»
3. Recurre a la imaginación. Visualiza una experiencia relajante sea de su memoria o imaginación.
Importante
Todas las personas tienen derecho a sentirse mal y es completamente normal sentir enojo, ira, ansiedad, etc.
Sin embargo, es importante aprender a controlar estas emociones, de lo contrario las cosas se pueden poner muy frustrantes y estresantes, y hasta terminar haciendo cosas de las que luego se pueden arrepentir.
En conclusión, es vital aprender a dejar ir las cosas y recuperar el control para no explotar. Esto no solo favorece la salud mental y bienestar, sino que también mejora la calidad de vida.