Millones de estudiantes ucranianos volvieron este jueves a la escuela, presencial o virtual, mientras el reto del sistema educativo es garantizar la educación, aparte de la seguridad de los alumnos en medio de la guerra causada por Rusia.
Por: El Espectador de Caracas / EFE
«La escala del desafío es única», dijo a Efe Serhiy Gorbachov, defensor del pueblo ucraniano para asuntos educativos. Un reto es el de cómo hacer que todos los estudiantes asistan a clases independientemente de donde estén.
De momento, el número de escuelas que han decidido impartir clases solo en línea o, por otro lado, presencial o con un sistema mixto, son más o menos la misma cantidad.
Kvitka, la hija de 6 años de Maryana Sukhnatska, en Leópolis, fue este jueves a clase por primera vez en su vida. Maryana cuenta a Efe que su escuela tiene dos refugios antibombas bien equipados que pueden alojar a todos los alumnos.
«A los niños ya les enseñaron antes qué tienen que hacer en caso de una alerta aérea y ya tuvieron una de prueba«, explica Maryana, quien añade que no cree que vayan a estar más seguros en casa. «Mi hija ha estado yendo a una guardería desde abril, así que está acostumbrada a las evacuaciones».
Ella piensa que la educación en línea no puede sustituir a la comunicación y el entorno, tan importantes para los niños. Con ambos padres trabajando, la escuela asume también la carga de la organización de la jornada escolar de sus hijos.
Riesgo de las clases presenciales
Por supuesto que cuanto más próximo esté el frente, más escuelas eligen dar clases a distancia, explica Gorbachov, puesto que los colegios pueden ser fácilmente alcanzados por la artillería rusa pocos minutos después, o incluso antes, de que la alerta suene, lo que apenas da tiempo a los niños y a sus profesores para llegar a los refugios antiaéreos.
Todas las escuelas del norte de Ucrania que están a al menos 40 kilómetros de la frontera con Bielorrusia han recibido la orden de pasar a la educación a distancia, mientras que 97% de los padres de la región sureña de Odesa, regularmente atacada con misiles rusos, han elegido ese tipo de formación.
Gorbachov explica que aproximadamente 59% de las escuelas ucranianas tienen preparados sus refugios antiaéreos, en la mayoría de los casos en sus sótanos, aunque queda por demostrarse cómo están preparados en la realidad.
Añade a Efe que los dos años durante los que se estuvieron adaptando a la pandemia de covid han sido como una bendición ya que han permitido que la experiencia acumulada en el aprendizaje a distancia ayude a las escuelas a enfrentarse a la ruptura que ha supuesto la invasión rusa, que ha causado ya la destrucción de 270 de ellas.
«Sin esa experiencia el riesgo de una catástrofe en el sistema educativo sería muy real», afirma Gorbachov. Dice que la plataforma «Escuela ucraniana en línea», que incluye videoclases que cubren gran parte del programa escolar estatal, puede que sea algo único, aunque admite las significativas pérdidas educativas causadas por la guerra.
Un problema radica en el hecho de que al menos 641.000 escolares ucranianos, o el 15% del total, están actualmente fuera del país, según las últimas cifras del Ministerio de Educación.
«No conocen el idioma local y no pueden estudiar bien, al tiempo que pierden la relación con Ucrania. El currículo difiere entre países y, por su puesto, no incluyen como asignaturas la lengua ucraniana, su historia o su literatura», añade el defensor ucraniano de la educación.
Mientras asistan a escuelas locales es muy importante que puedan unirse a clases en línea en ucraniano durante el día, subraya Gorbachov.
Acuerdos entre Estados firmados por Ucrania y los países que albergan a refugiados ucranianos podrían también reconocer la educación en línea ucraniana y liberar a los niños de tener que asistir a las escuelas locales a tiempo completo, sugiere.
Subraya que «la gran mayoría de esos niños no se van a quedar en el extranjero. Van a volver a Ucrania».
Gorbachov cuenta que los aproximadamente 22.000, de los cerca de 440.000 docentes en total que tiene el país, que están actualmente en el extranjero podrían impartir clases a esos niños ucranianos.
Un gran reto es el de dar educación a niños que han estado en zonas ocupadas por los rusos, donde están unas 1.300 de las casi 13.000 escuelas de Ucrania. A sus profesores se les obliga a seguir el currículo ruso, pero muchos padres intentan evitarlo y hacer lo posible para que sus hijos estudien en línea en escuelas ucranianas.
Gorbachov advierte: «La situación es muy cambiante y solo tendremos una imagen más clara sobre cómo funciona el sistema dentro de unas semanas». A pesar de reconocer los enormes problemas, está orgulloso por el hecho de que los ucranianos están siendo capaces de mantener la enseñanza en medio de unas condiciones tan difíciles.
De momento, Maryana está contenta de que su hija, Kvitka, haya podido estar su primer día en el colegio sin haber sido interrumpida por una alarma antiaérea.