28 de septiembre de 2024 4:34 AM

Director de «Thor: Love and Thunder» aclara que en un principio trató de escribirla como una historia de amor

En uno de los últimos avances de «Thor: Love and Thunder» el héroe nórdico demuestra que no ha conseguido superar a su exnovia. A tal punto que lleva el conteo de los años, meses, días y horas que se acumularon desde su último encuentro. Nada raro pues el director y guionista de la cinta Taika Waititi tenía previsto plasmar otro enfoque para este título de Marvel, refirió Wired.

Por: El Espectador de Caracas con información de Chévere.life

Pese a que el cineasta no ofreció muchos detalles sobre la nueva película de la franquicia, la cual se instalará en los cines el 8 de julio, sí aclaró que en un principio trató de escribirla como una historia de amor.

En este sentido, el realizador tomó como referencia los cómics de Jack Kirby (uno de los dibujantes más viejos de Marvel) y las portadas de antiguas novelas románticas de la editorial Mills & Boon.

¿Flores en vez de piñazos?

De esta manera, Taika Waititi afirmó que trató de hacer una película «inesperada», al menos dentro de los límites del género. De hecho, sigue el mismo enfoque que usó en «Thor: Ragnarok».

En dicha cinta subvirtió hábilmente los ritmos clásicos de los superhéroes, al transformar a Thor de un dios guerrero rígido y estándar en un hombre-niño divertido, que a su vez es torpe, sorprendentemente dulce y ocasionalmente malhumorado. O, en otras palabras, un niño demasiado grande sin muchas ganas de madurar.

“Realmente se trata de hacer que sea interesante para mí. Y no hacer lo que todos creen que debo hacer. O lo que esperan que haga», comentó el realizador.

Es así como Waititi ha logrado mantener su sensibilidad poco convencional, al punto de bromear él mismo sobre esto. Según él, asiente a los lineamientos de los ejecutivos y luego simplemente hace lo que quiere.

Es un dilema familiar, pero particularmente espinoso para Waititi, cuyo trabajo tiene sus raíces en la capacidad de canalizar una tontería infantil y un raro sentimiento de inocencia y vulnerabilidad.

«Literalmente soy yo tratando de no hacer lo que dicen los adultos. Echo de menos la sensación de que estaba emocionado de despertarme y escribir. Gran parte de lo que hago ahora está asociado con plazos y con personas que quieren algo de mí. Y luego comienza a sentirse como si estuviera sentado en el tráfico esperando para ir a trabajar”, destacó.

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