El tobillo es una de las articulaciones que usamos con más frecuencia, puesto que permite la deambulación. Está conformada por diversas estructuras que le brindan gran estabilidad y movimiento. Las lesiones en el tobillo son bastante frecuentes y la tendinitis peronea es una de las afecciones que desencadena dolor aquí.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Un tendón es una banda de tejido rica en fibras colágenas y elásticas que une a un músculo con un hueso. Esto, con el fin de transmitir la fuerza de la contracciónpara desencadenar el movimiento. La tendinitis es la inflamación de un tendón. Puede ser aguda, subaguda o crónica.
Anatomía de los peroneos
Los peroneos son músculos ubicados en la cara lateral de la pierna. Existen dos:
- El peroneo lateral largo, que parte desde la porción más proximal del peroné.
- El peroneo lateral corto, que lo hace desde el tercio medio del mismo hueso, que también es llamado fíbula.
Los músculos peroneos descienden por la cara posterolateral de la pierna hasta alcanzar una prominencia ósea en el tobillo: el maléolo externo, al cual rodean por detrás a través del surco retromaleolar. Ambos peroneos comparten una vaina sinovial que les confiere la lubricación necesaria para disminuir la fricción del movimiento.
Luego de bordear al maléolo externo, los peroneos se separan, adquiriendo cada uno una vaina sinovial individual. El peroneo lateral largo pasa por debajo del pie para insertarse en la base del primer metatarsiano. Mientras que el peroneo lateral corto transcurre por el borde lateral del pie para insertarse en el quinto metatarsiano.
Variaciones anatómicas importantes en la tendinitis peronea
Además de la presencia de un peroneo accesorio, existen variaciones individuales que están relacionadas con una mayor predisposición a que se produzca tendinitis peronea. Dentro de las diversas alteraciones morfológicas se encuentran las siguientes:
- Cambios en la forma y la profundidad del surco retromaleolar.
- Ubicación más baja del músculo peroneo lateral corto.
- Hipertrofia del tubérculo peroneo, que es una prominencia ósea del calcáneo.
- Alteraciones en la alineación del tobillo, como el retropié en varo o el pie cavo.
- Un arco plantar prominente.
Condiciones que se asocian con un riesgo aumentado de tendinopatía
Aunque la tendinitis peronea es rara como una entidad aislada, es frecuente que el proceso inflamatorio afecte también a la vaina sinovial, constituyendo una tenosinovitis. Existen factores de riesgo que ayudan a que se desencadenen estas problemáticas:
- Artritis reumatoide.
- Psoriasis.
- Hiperparatiroidismo.
- Neuropatía diabética.
- Fractura del calcáneo.
¿Cuáles son las causas de la tendinitis peronea?
El mecanismo que suele provocar inflamación tendinosa responde a la propia mecánica articular. La afectación de los tendones peroneales es causada por el microtrauma que genera el movimiento repetitivo, ya que se produce fricción constante.
Del mismo modo, es más frecuente que ocurra una tendinitis peronea posterior luego de un período de inactividad física. Por ello esta alteración afecta más a corredores y bailarines que a la población general.
Aun así, dentro de las causas predisponentes se pueden nombrar a las siguientes:
- El uso de calzado inapropiado.
- La sobrecarga por entrenamiento inadecuado o prolongado.
- La ausencia de un calentamiento previo al ejercicio.
- Las lesiones preexistentes en el tobillo, entre las que se encuentran los esguinces, las fracturas y la inestabilidad articular crónica.
¿Cuáles son los síntomas presentes en una tendinitis peronea?
Los síntomas dependen del grado de afectación y del tiempo de evolución de la tendinopatía, que puede ser aguda, subaguda o crónica. Se considera que es aguda cuando los signos tienen menos de 2 semanas de haber aparecido.
Es subaguda entre las 2 y las 6 semanas. Y se establece como crónica cuando presenta más de 6 semanas de duración.
Dolor en el tobillo
El síntoma más frecuente es el dolor, que se ubica de forma predominante en la parte posterior del maléolo externo. En las lesiones agudas, incluso puede seguir el trayecto del tendón afectado. El dolor de la tendinitis tiene como característica que mejora con el reposo y empeora con el movimiento.
Otros síntomas
Además de la sensación dolorosa, pueden aparecer alteraciones diversas:
- Inflamación en la cara externa del tobillo.
- Calor al tacto en el área posterior al maléolo externo.
- Inestabilidad de la articulación.
¿Cómo se diagnostica la tendinitis peronea?
Al ser una entidad poco frecuente, no suele ser la primera opción diagnóstica en la que se piensa, siendo muchas veces subdiagnosticada. Tampoco es raro confundir la tendinitis peronea con un esguince de tobillo.
Es importante establecer el tiempo de evolución y las características de los síntomas. Además, es necesario conocer el nivel, el tipo y la frecuencia de la actividad física, las condiciones y las patologías de base, y también cualquier antecedente traumático o quirúrgico.
Exploración física
Posterior a recabar toda la información concerniente al cuadro clínico, es de vital importancia realizar un examen físico concienzudo. La exploración permite que se puedan identificar alteraciones en el tobillo y cualquier condición que predisponga a la lesión.
Dentro de los hallazgos clínicos se encuentran los siguientes:
- Exacerbación del dolor con los movimientos.
- Palpación dolorosa en los trayectos tendinosos.
- Tendones que se sienten engrosados e indurados
- Observación de alguna alteración morfológica del pie.
Estudios complementarios que ayudan al diagnóstico
Las pruebas de imágenes se emplean de forma amplia. Sin embargo, la radiografía convencional podría visualizarse dentro de los límites normales al no existir compromiso óseo.
El estudio para evaluar de mejor manera las alteraciones es la tomografía computarizada, pero no tiene buena resolución de las partes blandas. Por esta razón, la resonancia magnética es de elección para los tendones.
Del mismo modo, se puede solicitar una ultrasonografía. Aunque es un medio útil, posee la salvedad de depender de la habilidad del ecografista operador.
¿Qué opciones de tratamientos existen?
Por lo general, el tratamiento conservador es suficiente para mejorar el dolor, a la par que permite la regeneración del tejido. Sin embargo, en las tendinitis crónicas severas y en la refractariedad al abordaje conservador, la cirugía se convierte en una opción viable.
Manejo conservador de la tendinitis peronea
Dentro del manejo conservador se incluye lo siguiente:
- Tratamiento del dolor con antiinflamatorios no esteroideos (AINEs).
- Reposo de la articulación en la fase inicial.
- Crioterapia aplicada en el tobillo.
- Elevación del miembro inferior.
- Inmovilización mediante férula de yeso o bota.
- Rehabilitación con terapia física.
En la actualidad, la infiltración con esteroides es controvertida, debido a que por el proceso inflamatorio, la punción del tendón puede producir desgarro de las fibras, complicando el cuadro.
Enfoque quirúrgico ante la tendinitis peronea
Aunque la cirugía constituye una opción terapéutica útil, debe ser relegada a los casos crónicos graves y a aquellos pacientes refractarios al tratamiento conservador o que presenten recidivas. El enfoque quirúrgico debe englobar también la corrección de las anomalías anatómicas diagnosticadas.
Pronóstico de la tendinitis peronea
Por lo general, cuando se diagnostica de forma acertada y se establece un tratamiento eficaz, la regeneración del tendón es buena. La recuperación es más rápida en los casos agudos que en los crónicos, pero de igual forma no debe tomarse un enfoque apresurado.
La rehabilitación es primordial para completar el tratamiento, tanto conservador como quirúrgico, puesto que permite el fortalecimiento y la tonificación de los músculos peroneos y sus tendones. La terapia física incluye ejercicios excéntricos, propioceptivos y de estiramiento.