Cofavic expresó su preocupación por el impulso de “una corriente de opinión pública” que a su juicio pretende “ofrecer salidas políticas y económicas a cambio del silenciamiento de la voz de centenares de víctimas de violaciones de derechos humanos y la negación del dolor que han sufrido”.

Por: El Espectador de Caracas con información de 800Noticias

Luego de que un grupo de activistas y personalidades de la sociedad civil acudiera a una reunión con Nicolás Maduro en el palacio de Miraflores y que se emitiera una carta pública dirigida al presidente Joe Biden para pedir que se alivien las sanciones económicas, Cofavic emitió un comunicado alertando sobre “las graves e irreversibles consecuencias” que podría haber para las víctimas de violaciones de derechos humanos.

«La propuesta de un futuro de acercamiento de los factores políticos y sociales puede relativizar las posibilidades de derrotar la impunidad, al fomentar la idea de la inutilidad e inoportunidad de la búsqueda de justicia y exponer a víctimas y sus familiares a mayores riesgos», advirtió la organización.

Desde la perspectiva de Cofavic, “las obligaciones de Verdad, Justicia y Reparación de parte del Estado no se deben minimizar ni embargar en nombre del futuro, ni de reformas que son insuficientes, o de la búsqueda de mejores tiempos políticos, sociales y económicos”.

En este sentido, sostuvo que “no es posible construir bienestar ignorando tantas heridas abiertas por la violencia estructural del Estado, ni desoyendo el clamor de madres, padres y familias enteras a quienes se les ha negado sistemáticamente la justicia”.

Frente a la compleja situación que atraviesa el país, Cofavic llamó a las organizaciones de la sociedad civil a “estrechar filas en torno a las víctimas, para proteger su voz y sus derechos”.

Por último, la ONG con más de 30 años de trayectoria, sentenció que “los derechos humanos no están sometidos a la voluntad de las minorías ni de las mayorías, no pueden ser intercambiados, y su vulneración solo debe dirimirse en estrados judiciales y no en instancias políticas“.

Y añadió que “el perdón y la reconciliación de una sociedad no se imponen, se construyen mediante el concurso voluntario de quienes desean establecer una nueva manera de convivir. Por tanto, no corresponde ignorar o subestimar la obligación de reparar los daños causados a las víctimas, por el contrario, el futuro debe construirse desde hoy con base en el cese a las violaciones de derechos humanos y ofrecer a toda la población garantías de no repetición”.