Gonzalo Oliveros Navarro: Justicia o venganza

Han pasado 20 años. Un hombre entra a un ascensor, dentro de él varias personas, una de ellas, un hombre que torturó. Este lo ve fijamente, el otro solo fija su vista -quizas avergonzado de su accionar o temeroso de la reacción del afectado por este- en el tablero del equipo.

Gonzalo Oliveros Navarro / @barraplural

Se necesita ser un una persona  excepcional para contenerse y no responder con violencia los vejámenes sufridos en esa época vil de Venezuela que algunos-que nos creen desmemoriados- quieren ensalzar, la dictadura perejimenista. Ese hombre que estaba en el ascensor con su hija, demostró su valía al no responder los agravios sufridos en las mazmorras de nuestro país cuando se consiguió con su torturador.

La imagen muy bien pudiere repetirse en estos tiempos, sin embargo tengo mis dudas si la reacción pudiere ser la misma. Se ha generado en el país un sentimiento de venganza o revancha – cualquiera de las dos expresiones son válidas- que conspira contra su contraparte, la justicia y es esta última la que es menester rescatar.

De nada valdrá sustituir un agravio por otro disfrazado de legalidad. Los dos impiden la construcción de una sociedad estable.

Si el agravio se responde con su equivalente, siempre estaremos en un círculo vicioso y este alguien debe romperlo, lo que solo logran hacer personas de una altísima calidad.

En estos tiempos de ayuno jurídico en Venezuela, estamos obligados a construir un sistema que permita darle justicia a todos, independientemente del color político del justiciable. Si lo hacemos, no habrá revancha posible. Para eso se requiere, por una parte, voluntad política y por la otra una óptima selección de quienes deberán implementar lo convenido.

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