Domingo 20 de marzo 2021
Las elecciones colombianas son, a diferencia de las venezolanas, manuales, vale decir, no automatizadas. En nuestro país, una parte de la dirigencia política del mismo y ello ha permeado hacia alguna porción de la ciudadanía, ha insistido tercamente en que debe retornarse al sistema manual porque, en épocas donde buena parte de los ciudadanos de nuestro país utiliza celulares, muchos de ellos de última generación, se desconfía de las máquinas electorales pues, según se ha afirmado, los resultados los cambian.
Colombia celebró el domingo pasado elecciones parlamentarias manuales y sucede y acontece que los resultados anunciados ese mismo dia, variaron con el cómputo final y por ello, algunos participantes resultaron con mayor número de votos y parlamentarios que los inicialmente anunciados. Ciertamente, como se lo escuché señalar al representante del Pacto Histórico –que fue la coalición más afectada con el resultado inicial- no hubo fraude pero lo cierto es que ocurrió un error que según se afirmó, pudo ser evitado.
Ciertamente que entre los dos sistemas hay una diferencia importante, dado que, en el caso colombiano se cuentan todos los votos de todas las mesas y en el venezolano solo un poco más del 50% de las mismas en una auditoría aleatoria pues las mesas a las que se les hará la misma se eligen el mismo dia de los comicios, mas considero que la determinación de este porcentaje y no el cómputo de la totalidad de los votos, es parte de la campaña que ha desarrollado el ente comicial venezolano tendente a que nuestros connacionales le pierdan confianza al voto como mecanismo de cambio interno y no realmente por razones técnicas.
Por otro lado, desconozco si en Colombia ocurre lo que sabemos pasa en algunas mesas del nuestro que es la ausencia del testigo de mesa, lo que facilita que, durante el acto de votación, en connivencia de interesados, se permita que terceros voten por quien realmente corresponde, mas es este un problema de control de actuación por parte de los interesados en el resultado, más que de otra naturaleza.
Como lo he afirmado en otras oportunidades, en Venezuela, a pesar de los reiterados anuncios de fraude por parte de la dirigencia opositora realizados en los últimos 23 años, lo que ha facilitado la política de abstención que ha imperado, sin perjuicio de que en contadas ocasiones se hubiere podido demostrar un fraude electoral –caso de la elección a gobernador del estado Bolívar el año 2017- es lo cierto que respecto de nuestro país, las máquinas han arrojado como resultado el que la auditoría demostró.
Así entonces, sea manual o no el mecanismo de votación utilizado, es fundamental en el evento electoral la presencia permanente y vigilante del testigo o el jurado respectivo. En todo caso, tal como lo afirmé desde el año 2004, si se trata de elección con máquinas, lo conducente es que cada uno de los actores políticos tenga los ingenieros y técnicos más calificados, para evitar las triquiñuelas que algunos creen que en estas se hacen.