Hay dos máximas que fundamentan no sólo el conflicto bélico en Ucrania sino el pensamiento imperialista, expansionista e injerencista del modelo civilizatorio occidental. La primera es atribuida al senador estadounidense Hiram Johnson en 1917, pronunciada durante la primera guerra europea, conocida mediáticamente como Primera Guerra Mundial: «La primera víctima cuando llega la guerra es la verdad». La segunda máxima, ley de propaganda atribuida al nazi Joseph Goebbels, «Una mentira repetida mil veces se convierte en verdad». Ambas sentencias incumplen el octavo mandamiento que Dios le dio a Moisés en el monte Sinaí: «No darás falso testimonio ni mentirás». Tengamos presente que invisibilizar una verdad es una forma tenue de mentir.
El 25 de febrero de 2022, cuando los periódicos y portales del mundo occidental decían: Rusia invadió Ucrania, el Comando de Estados Unidos para África lanzaba un ataque aéreo en Somalia de conformidad con la Autorización para el Uso de la Fuerza Militar.
Desde el año 2014, el batallón Azov (el grupo paramilitar nazi integrado en el Ejército de Ucrania) masacra al pueblo de Donbass por ser prorruso y los medios callaron. En laboratorios ucranianos se han venido desarrollando componentes de armas biológicas, informó el 6 de marzo de 2022 el portavoz del Ministerio de Defensa de Rusia, Ígor Konashénkov. Durante la operación especial militar en Ucrania se supo que el régimen de Kiev destruyó de forma precipitada las evidencias de un programa de armas biológicas financiado por el Departamento de Defensa de EE.UU. y los medios callan. El 14 de marzo de 2022, el gobierno nazi de Kiev lanzó un misil con carga de racimo al centro de Donetsk donde murieron 17 civiles, y los medios callan.
Aunque Winston Churchill dijo que «en tiempos de guerra la verdad es tan preciosa que debería ser protegida por un guardaespaldas de las mentiras», Estados Unidos, amparado en su destino manifiesto, honran los cuatro primeros mandamientos (I. Amarás a Dios por sobre todas las cosas. II. No tomarás el Nombre de Dios en vano. III. Santificarás las fiestas en nombre de Dios. IV. Honrarás a tu padre y a tu madre) y violan los seis restantes (V. No matarás. VI. No cometerás actos impuros. VII. No robarás. VIII. No darás falso testimonio ni mentirás. IX. No consentirás pensamientos ni deseos impuros. X. No codiciarás los bienes ajenos).