Preservar la salud del útero es muy importante, en especial si se toma en cuenta que el cáncer en dicha zona es uno de los más frecuentes. Asimismo, es un órgano que está expuesto a una amplia variedad de patologías que, en su mayoría, pueden prevenirse.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Una de las primeras medidas que hay que implementar para cuidar esta parte del cuerpo es informarse sobre su función, los cuidados que requiere y las enfermedades que lo afectan. De este modo, es posible detectar cualquier anomalía a tiempo.
Por otro lado, hay que tener en cuenta que se trata de un órgano muy sensible, que se encuentra conectado a un centro nervioso asociado a las emociones. Debido a esto, su bienestar también se deriva en una buena salud emocional. ¡Sigue leyendo!
Anatomía del útero
El proceso de cuidar la salud del útero comienza por conocer su anatomía. Este órgano, también llamado «matriz», es hueco y tiene la forma de una pera invertida. Está ubicado en la zona baja del abdomen y se mantiene en su posición gracias a una red de músculos, ligamentos y tejidos fibrosos.
Para ser más exactos, se ubica detrás de la vejiga y al frente del recto. Además, está compuesto por cuatro secciones principales:
- Fondo. Está en la parte superior y corresponde a la zona más ancha. Conecta con las trompas de Falopio.
- Cuerpo. Es la zona principal. Se ubica debajo del nivel de las trompas de Falopio; su forma es más ancha en la zona superior y va estrechándose.
- Istmo. Es la parte inferior y también la más estrecha del órgano. Tomando en cuenta que la forma es de pera invertida, coincidiría con el área de la cabeza de tal pera.
- Cuello uterino. Corresponde a las dos pulgadas finales del órgano. Tiene forma de tubo y se conecta con la vagina.
También hay que decir que el útero es un órgano muscular elástico, compuesto por tres capas de tejido que son las siguientes:
- Perimetrio. Es la capa exterior.
- Miometrio. La capa intermedia.
- Endometrio. Es el revestimiento interno del órgano. Se va acumulando durante el mes y, si no hay fecundación, se desprende para dar lugar a la menstruación.
Las funciones del útero
Este órgano cumple funciones muy importantes en relación con la fertilidad, el ciclo reproductivo y la maternidad. Así pues, al preservar la salud del útero se están conservando también todas esas funciones.
En primer lugar, este órgano da origen al periodo menstrual. Durante un ciclo normal, el endometrio se llena de pequeños vasos sanguíneos y se vuelve más grueso. Si no hay fecundación, el órgano se deshace de este revestimiento y tiene lugar la menstruación.
En caso de que un óvulo sea fecundado, termina alojándose en el endometrio. Este se encarga de nutrirlo y sigue cumpliendo esa función durante todas las fases de la gestación. Con ello, ofrece las condiciones para que el embrión se desarrolle hasta el nacimiento. Las contracciones que se producen en el útero hacen posible el parto.
Otra de las funciones de este órgano es la de dirigir el flujo sanguíneo hacia la pelvis y los genitales externos, lo que incluye los ovarios, la vagina, los labios vaginales y el clítoris. Esto incide también en la respuesta sexual.
Enfermedades que afectan al útero
Hay varias patologías que pueden afectar la salud del útero. Las más comunes son los fibromas, endometriosis, pólipos uterinos, prolapso y cáncer uterino. Veamos en líneas generales en qué consiste cada una de ellas.
Fibromas
Los fibromas son tumores no cancerosos que crecen en el útero. Muchas veces no generan síntomas, ni requieren de tratamiento. Sin embargo, pueden provocar dolor o sangrado abundante durante la menstruación. En algunas ocasiones, es necesario retirarlos mediante cirugía.
Endometriosis
La endometriosis es uno de los problemas de salud del útero más comunes. Se estima que hasta el 11 % de las mujeres lo padecen. Esta afección lleva a que el endometrio crezca fuera del útero y provoque dolor. También puede ocasionar problemas digestivos e infertilidad. Suele tratarse con anticonceptivos o con un dispositivo intrauterino.
Pólipos uterinos
Los pólipos son unas protuberancias en forma de dedos que se adhieren a las paredes del útero. Pueden ser tan pequeños como una semilla o tan grandes como una pelota de golf.
No siempre generan síntomas, y si lo hacen abarcan un sangrado abundante, periodos irregulares e infertilidad. Tienen el potencial para convertirse en cáncer. Por eso, deben extirparse.
Prolapso uterino
Es el desplazamiento del útero hacia la vagina o fuera de ella. Ocurre cuando los músculos y ligamentos del suelo pélvico se debilitan y se flexibilizan. En los casos leves, no requiere de tratamiento. Si es severo —o causa complicaciones— es posible que se requiera una cirugía e incluso la extirpación del órgano.
Cáncer de útero
Es el problema de salud del útero más grave. Puede ser de dos tipos. El primero es el cáncer de endometrio, que es el más común y suele aparecer después de la menopausia. El segundo es el sarcoma, que es poco frecuente. El principal síntoma es el sangrado anormal; se trata con cirugía, quimioterapia o radioterapia.
Cuidar la salud del útero
La mejor manera de proteger la salud del útero, así como de todo el organismo en general, es teniendo un estilo de vida sano. Es importante adoptar una dieta abundante en verduras, frutas y cereales. Asimismo, hay que consumir suficientes líquidos y, de ser posible, los alimentos refinados.
La actividad física también tiene efectos positivos. Para ser precisos, lo recomendable es realizar ejercicios diseñados para la zona pélvica. Esto incluye los ejercicios de Kegel, así como el baile y los aeróbicos. El sedentarismo debilita el suelo pélvico y puede traer consecuencias negativas.
Entre otras cosas, es importante cuidarse en el terreno emocional. Las prácticas de meditación, el taichí, el yoga y las actividades similares son muy recomendables. Sin embargo, lo más importante entre todo es visitar al ginecólogo de forma regular y cuando se note algún síntoma extraño.
Recomendaciones finales
Tanto la visita regular al ginecólogo como la realización de pruebas periódicas son dos medidas fundamentales para estar al tanto de la salud del útero. Un diagnóstico oportuno puede representar la diferencia entre la vida y la muerte.
Lo indicado es realizarse la prueba de Papanicolaou por lo menos una vez al año, o en más ocasiones si el médico lo precisa. De igual manera, es conveniente estar pendientes de cualquier manifestación anómala, como dolor, flujos extraños, etcétera.