Muchas han sido las imágenes posteadas donde se observa a personas que señalan como venezolanos que afrontan la fiereza del Río Bravo, afluente que divide a México y Estados Unidos, siendo este último país el motivo de tan arriesgado viaje.
Por: El Espectador de Caracas con información de Últimas Noticias
Estas reseñas y reportajes de muchos medios narran la experiencia previa de quienes se preparan para buscar el “American Dream” evadiendo cercos policiales y pagando a “coyotes” que les garanticen “el brinco” a territorio norteamericano.
Pero hay una versión que no abordan y es la realidad que afrontan estos ilegales después que cruzan a Estados Unidos donde deben escabullir una política antimigratoria fundamentada en la persecución y la deportación inmediata.
Migración creciente
De acuerdo a cifras reseñadas por medios estadounidenses teniendo como base los informes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos, entre octubre de 2020 y septiembre de 2021, más de 608 mil mexicanos fueron detenidos por autoridades fronterizas de Estados Unidos, siendo seguido por el denominado Triángulo Norte de Centroamérica con 309 mil hondureños, 279 mil guatemaltecos y 96 mil salvadoreños.
En torno a los venezolanos la CBP registró más de 13.000 adultos solteros, lo que aseguran representa un crecimiento exponencial al compararlo con los 96 de diciembre de 2020.
Según afirman funcionarios de Seguridad Nacional citados por CNN, estos venezolanos han señalado como lugar de residencia Colombia, desde donde partieron ante la difícil situación que se presenta en la nación neogranadina en el ámbito económico, la creciente xenofobia y la violencia.
¡Pa’ Colombia!
Esta supuesta afirmación ha servido a las autoridades norteamericanas para solventar el problema que se había generado en torno a los venezolanos y la imposibilidad de deportarlos debido a la ausencia de relaciones diplomáticas con el Gobierno de Venezuela y la negativa señalada por México en torno a la aceptación de estos migrantes.
Es así como Colombia se ha convertido en el territorio al que Estados Unidos envía a estos venezolanos, acción que incluye a ilegales como a solicitantes de asilo.
De acuerdo a CNN, el jueves pasado, el Departamento de Seguridad Nacional devolvió a dos ciudadanos venezolanos a Colombia, donde aseguran habían residido previamente, dijo el departamento, añadiendo que se espera que los vuelos a Colombia se realicen «de forma regular».
Esta situación de deportación forzada a una nación ajena, ha sido denunciada por ACNUR, que ha expresado que “las expulsiones sumarias y masivas de personas que se están llevando a cabo bajo la autoridad del Título 42, sin examinar las necesidades de protección, son incompatibles con las normas internacionales”.
Por su parte el Gobierno venezolano ha denunciado en reiteradas ocasiones los daños que a la sociedad ocasionan las llamadas “sanciones” de Estados Unidos, las cuales han forzado el descalabro de los ingresos que se redujeron en 99% provocando una fuerte crisis que derivó en lo que es clasificado como “migración por causas económicas”.
Mientras se mantiene la política de sanciones y de ruptura total de las relaciones diplomáticas con el Gobierno venezolano, los migrantes venezolanos que buscan el “American Dream” siguen cruzando la frontera desde México bajo el riesgo de ser deportados a Colombia, bajo el argumento de ser el país desde dónde partieron.