22 de noviembre de 2024 12:55 PM

Gonzalo Oliveros Navarro: Política errada

Domingo 30 de enero 2022

Ha reconocido en reciente entrevista televisiva una funcionario del departamento de Estado norteamericano, los errores de apreciación, enfoque y estrategia de la administración del señor Presidente Trump durante su presidencia por lo que respecta a la situación venezolana, lo que no deja de resultar interesante si los mismos se proyectan en la actualidad y hacia el futuro, por una parte y por la otra por la circunstancia de observar que lo que uno cree debería ser uno de los servicios exteriores más preparados del mundo, incurre también en errores -costosos para ellos por supuesto por tema de prestigio- pero más aun para quienes somos afectados por los mismos.

Gonzalo Oliveros Navarro / @barraplural

Venezuela es víctima de lo que ocurre internamente en los Estados Unidos en el estado de la Florida. La escasa diferencia que se ha observado en los colegios electorales en las elecciones presidenciales, ha obligado a los aspirantes a ocupar el salón oval a dedicarle especial atención al mismo, buscando complacer las mas de las veces a la fuerte comunidad cubana que en el reside, ahora acompañada por la venezolana que comparte a plenitud la manera de pensar de esta, por lo que cualquier decisión que se adopte que implique algún tipo de sanción a gobiernos como el cubano o el venezolano, les serán redituables a quienes las propongan, lo que puede llevar a cometer errores como el que la entrevistada reconoció recientemente.

Adicionalmente a ello, otro factor adicional al descrito incidió en los errores americanos y el mismo nos es directamente imputable y me refiero específicamente al monopolio de la interlocución con el gobierno americano.

Ciertamente se me dirá que esta le correspondía a la administración Guaidó en cabeza de este y en lo posible de quien fungía como su canciller, pero la impresión que desde se afuera se tiene –y los resultados parecen confirmar- es que la información que el departamento de Estado recibió de fuentes venezolanas que en el mismo incidían fue errónea respecto de la fortaleza/debilidad de la gestión Maduro y que además esos interlocutores no evaluaron debidamente la influencia que factores internacionales tenían –y continúan teniendo- respecto de nuestra problemática, por lo que no buscaron la manera de realizar interlocución con los mismos, al extremo que, cuando se hizo público una actuación como esa respecto de una individualidad –el señor Capriles- contra él se enfilaron las baterías mediáticas.

Lo que ocurrió con la administración Trump y quizás pudiere estar ocurriendo con la administración Biden lo hemos advertido respecto de Colombia.

Respecto de los asuntos venezolanos, la actual gestión de gobierno y su principal partido soporte, han privilegiado los contactos y relaciones con Juan Guaidó, el líder del partido del cual proviene y algunas individualidades muy destacadas que han sostenido de manera vehemente la necesidad de que nuestro conflicto sea resuelto con una intervención de terceros en nuestro país, en tanto que el resto de las organizaciones políticas colombianas y sus personalidades poco opinan sobre nuestra situación, a pesar de ser este el país más impactado por nuestra presencia en su territorio y a la vez poco se relacionan con la dirigencia que le es es ideológicamente afín en nuestro país. Ello quizás ha coadyuvado a no tener una comprensión adecuada de nuestra situación y de la manera de abordarla para solventarla.

Difícilmente será posible resolver un problema si no se admite que el mismo existe. Esta semana, la entrevista realizada a la señora Filipetti –subsecretaria de Estado adjunta en la administración Trump- hizo público los errores que, luego de terminada su gestión, quienes la adelantaron cometieron por lo que se refiere a Venezuela. Uno no pide que ese reconocimiento se haga de manera similar en otros países pero si aspira que cuando menos internamente la reflexión se produzca y en tal virtud, se adopten los correctivos que procedan.

En la medida que la comunidad internacional amplíe sus relaciones con partidos y personalidades venezolanas y que estas con objetividad –y no con intereses personales o de grupo- informe a cabalidad nuestra situación, será posible adelantar el proceso de recomposición interno del país. Mientras ello mas se retarde, mayor será el número de venezolanos que de las fronteras internas saldrá y más tiempo transcurrirá para resolver la misma.

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