La teoría de juegos es la rama del conocimiento que trata de formalizar las relaciones humanas a través de simulaciones matemáticas del comportamiento. Tiene numerosas aplicaciones en el área de la ciencia política, sin ser un conocedor de la materia me voy a aventurar a tratar de formalizar las perspectivas de las primarias en el sector antisocialismo del siglo XXI, que lo llamaré por convención la derecha.
El dilema del prisionero se usa como ejemplo del clásico conflicto entre intereses individuales y colectivos de quienes toman decisiones, y también para justificar los beneficios de la colaboración. Desde el punto de vista del interés óptimo del conjunto de los dos sospechosos, la elección que lleva al mejor resultado es que ambos prisioneros cooperen, ya que de esta forma ambos cumplen la mínima pena posible. Este es el resultado óptimo del grupo, y cualquier otra decisión empeoraría el resultado del conjunto. Sin embargo, si los jugadores siguen intereses individuales y egoístas, ambos recibirán una sentencia larga. Generalizando, lo que nos dice la teoría de juegos a través de esta simulación es que la cooperación, es decir, poner el interés altruista sobre los egoístas individuales, es la solución óptima en las interacciones políticas. “Hemos visto cómo los problemas que presentan situaciones similares a las planteadas por el dilema del prisionero siempre obtendrían un resultado óptimo si los jugadores buscaran el beneficio del grupo y no el beneficio propio” (Blázquez Vallejo, Ma. Gámez Jiménez,C: “Teoría de juegos y aplicaciones: El dilema del prisionero” http://www.it.uc3m.es/~jvillena/irc/practicas/06-07/08.pdf).
En las elecciones de 2022 he insistido hasta el cansancio que se juega la supervivencia de la democracia colombiana, hay un “juego” entre dos campos, a) el totalitario del socialismo del siglo XXI, representado entre dos equipos el del “Pacto histórico” del stalinismo puro, del castrochavismo de Petro y el de la “Coalición de la Esperanza”, de la izquierda “progre” que seguramente elegirá a Fajardo, b) el democrático liberal con un solo equipo, la coalición “Equipo Colombia” y el Centro Democrático.
Los precandidatos del “Equipo Colombia” (“Fico”, Barguil, Peñaloza, Char, Dilcia y Echeverry) y Oscar Iván Zuluaga deben seguir el ejemplo de la teoría de juegos, y ver que es en la cooperación que se obtiene la victoria, en poner los intereses de la democracia, por sobre los egos personales. Si se convencen de esto y “juegan limpio” cooperando y eligiendo un solo candidato para la primera vuelta, la democracia ganará. De ir separados, de no cooperar, perderán todos y ganará el equipo totalitario del socialismo del siglo XXI.
La teoría de juegos nos dice, con el juego del prisionero, que desde el punto de vista del interés óptimo del conjunto de los dos sospechosos, la elección que lleva al mejor resultado es que ambos prisioneros cooperen, ya que de esta forma ambos cumplen la mínima pena posible. Este es el resultado óptimo del grupo, y cualquier otra decisión empeoraría el resultado del conjunto. Sin embargo, si los jugadores siguen intereses individuales y egoístas, ambos recibirán una sentencia larga. Aplicándolo a las elecciones de 2022, la teoría de juego nos dice que si los candidatos de la derecha cooperan y elijen un solo candidato, la democracia ganará, será la elección óptima, de ir divididos, perderá la democracia, ganando el socialismo del siglo XXI.
La historia política de Colombia nos da un ejemplo reciente de cooperación en beneficio de la democracia colombiana bajo el gobierno de Álvaro Uribe, en el que el partido Conservador y la coalición uribista se unieron para imponer la democracia por sobre el ataque del narcoterrorismo terrorista de las FARC. Ahora se debe hacer lo mismo el “Equipo Colombia” y el Centro Democrático deben ir unidos, para imponer la democracia sobre la amenaza de la tiranía comunista del socialismo del siglo XXI. La gran disyuntiva de la historia política del siglo XXI en Colombia es si los actores políticos democráticos sabrán aplicar la teoría de juegos y hacer un “juego” cooperativo óptimo, o si privarán los intereses egoístas y harán perder la democracia colombiana. En manos de los precandidatos de la derecha está el futuro de la democracia colombiana. ¡Ojo con el 2022!