En respuesta al abogado José I. Hernández
Hace unos días, procedí a formular un conjunto de preguntas y dudas razonables al exprocurador general del Gobierno Interino, José Ignacio Hernández. El abogado venezolano simuló responder a dichas preguntas en su texto “A propósito de las mentiras del exdiputado Guzmán: no cultivemos el olvido” y digo simuló, porque fiel a su estilo pedante, con una porción de verborrea jurídica, además de divagaciones y las nunca faltantes imprecisiones, quiso acomodar la verdad y “salirse por la tangente” como dicen en mi tierra. Pero la verdad es que no respondió a casi ninguna de las interrogantes hechas, se refugió al mejor estilo madurista y soviético, dedicando su columna a descalificarme, vilipendiarme y mentir descaradamente para no dar la cara frente a graves hechos que empañaron su gestión con respecto a la defensa de los activos en el exterior.
El exprocurador especial apuñaló de nuevo la verdad, ni se acordó de ese viejo refrán que dice que “la verdad nos hará libre”, y no conforme con ello, también aprovechó la trinchera periodística para victimizarse y esconderse de los señalamientos concretos que se hicieron. De todas formas, es propicio recordar cada una de las preguntas que no respondió:
¿Cuáles eran los activos cuyo control fue cedido en 2019? ¿Cuántos juicios y procedimientos arbitrales había en 2019?
¿En qué estado estaban o que chances tenía la República de ganar? ¿Qué acuerdos existían con acreedores?
¿Cuáles se respetaron y cuales se desconocieron y por qué? ¿Qué escritorios de abogados llevaban esos casos?
¿Cuáles fueron sustituidos y cuáles no? ¿Qué honorarios se negociaron y si eran o no competitivos?
¿Cuántos testigos expertos y asesores se contrataron y cuánto se les pagó?
¿Estamos en un mejor momento para negociar ahora, tres años después, con el Gobierno de Guaidó debilitado y millones de dólares gastados en juicios, que en 2019 cuando el Gobierno de Guaidó estaba en su apogeo y teníamos el apoyo irrestricto de la administración Trump?
No responder o divagar no debería ser el proceder de alguien que ocupó un cargo de tan alto nivel en el Gobierno Encargado. Sin embargo, no solo fue la inoperancia al momento de responder lo que caracterizó el artículo de Hernández, también se dieron cita manipulaciones y falsedades que se dispararon sin tener un poquito rigor.
La primera manipulación divulgada o una más de las mentiras en el artículo escrito por Hernández se manifiesta cuando niega que la Corte de Nueva York haya ordenado mantener confidencial la identificación del testigo de los demandados, por amenazas de su parte. Llama la atención que en este fragmento no niega que él personalmente amenazó al testigo, solo refuta el contenido de la sentencia. Ahora bien, el contenido que este cita sobre la sentencia no es el correcto, acá se podrá encontrar la versión original aprobada por la justicia neoyorquina, donde se señala claramente lo siguiente: “Having now reviewed Defendants’ submissions, the Court finds that there is sufficient evidence of potential harm to Defendants’ expert that protection of the expert’s identity is warranted. Accordingly, Plaintiff’s motion to compel disclosure is DENIED. The Clerk of Court is ordered to terminate the motion at docket entry 172”, reza la sentencia, cuya traducción es: “Habiendo revisado ahora las alegaciones de los demandados, el Tribunal considera que hay pruebas suficientes de un daño potencial al perito de los demandados de que la protección de la identidad del experto está justificada. En consecuencia, la moción del demandante para obligar a la divulgación es DENEGADA. Se ordena al Secretario del Tribunal que ponga fin a la moción en la entrada 172 del expediente” (resaltado y traducción del novel articulista). Y es que es totalmente razonable la decisión de la Corte, tomando en cuenta que Hernández meses antes, específicamente el 16 de enero y el 20 de enero del 2020, amenazó a cualquier venezolano que decidiera declarar como testigo experto en contra de la República. Y lo que es peor, esta exigencia la hacía un personaje que años antes había declarado bajo la misma modalidad contra la nación en el caso Crystallex, cuando dicha empresa demandó a Venezuela por la expropiación de proyectos mineros. Pueden verse aquí copia de la referida sentencia, copias de los tuits y del artículo de prensa.
Por cierto, Hernández también negó que su deposición como testigo experto de Crystallex haya sido clave en la prueba de la tesis del alter ego y así permitir a los acreedores ir contra los activos de Pdvsa en el exterior; y es por eso que nos vemos en la obligación de adjuntarle el documento oficial de su testimonio ante el juzgado donde de manera diáfana, precisa y sin tapujos hace toda una argumentación contra la República, reconociendo de manera pública que recibió “instrucciones de Gibson, Dunn & Crutcher LLP en nombre de Crystallex International Corp. («Crystallex») para proporcionar un informe en relación con la moción de Crystallex para una mandato judicial preliminar contra PDV Holding, Inc. (“PDVH”)”. Sí, ese mismo jurista que hoy se ufana de defender los intereses de la Patria y de ser el artífice de la “estrategia de protección de activos en el exterior”, -que por cierto una estrategia que condensó millones de dólares y que hoy nos ha llevado al mismo punto de partida a punto de perder los activos y con menos dinero y fuerza que antes- conspiró contra los intereses de
Venezuela y no solo eso, sino que luego sabiendo el conflicto de interés que tenía en esta demanda, ni se molestó por inhibirse, dejando su “reserva moral” francamente deteriorada. Creo sin lugar a dudas que ese testimonio rendido por Hernández a favor de Crystallex merece ser difundido y estudiado por la nefasta tesis que esboza el abogado en dicho documento y los efectos que tuvo sobre la defensa de los activos de la nación. Aquí está, invito a leerlo. Igual atención debemos prestarle a la participación del abogado Hernández en los casos Owens Illinois y Trasfigura, que son públicas y bien conocidas, pero dejemos que sea el que “aclare para que oscurezca” como nos tiene acostumbrados.
Desmontada la primera falsedad de quien aparenta ser el padre de la pureza, el más fiel defensor de lo moral y de la virtud, el sumo sacerdote del constitucionalismo, el escritor consumado de más de 500 cartas y pare de contar…Procedamos a evaluar otras cuestiones de la larga lista de divagaciones que Hernández abordó en su simulación.
Hernández alardeó, sin miedo a equivocarse, que en el site de la Asamblea Nacional estaba su “majestuosa” rendición de cuentas. Indagando en la página del parlamento nacional no encontramos ninguna referencia al respecto, reconfirmando entonces lo que ha señalado Transparencia Venezuela sobre la falta de acceso a la información pública y opacidad que rige la gestión del Gobierno Interino, especialmente de parte de la Procuraduría General y las Juntas Directivas de las empresas en el exterior. Sin embargo, por vías alternas accedimos al informe de rendición de cuentas de su despacho, en el que para variar no encontramos respuestas a nuestras preguntas, solo una descripción de supuestos “logros” y tiene algunos gazapos muy curiosos y graciosos que invito a leer. Aquí lo pongo.
Hernández además recalca en su intento fallido de respuesta que cuando ejerció las veces de Procurador Especial, diseñó una estrategia que está plasmada en 500 cartas que fueron enviadas a la Asamblea Nacional y al Centro de Gobierno. Tomando en cuenta que estuvo un año y medio en funciones, ¿Será que escribió una carta por día? De ser así, echar cuentos por carta y por prensa es su fuerte. Hernández no puso el vínculo de las 500 cartas que tienen la estrategia que “salvo” según sus palabras los activos de la Republica. Y sobre esto debemos ser muy responsables, lo único que protege a los activos de los acreedores son las órdenes ejecutivas del Departamento del Tesoro. Estas son acciones políticas no jurídicas, pero si el sumo sacerdote del Derecho Constitucional quiere ganarse “indulgencias con escapulario ajeno”, estaríamos en presencia de otro atributo de abogado Hernández.
El vanidoso olvidó también en su texto referirse a su cambio de versión con relación a la interpretación jurídica del artículo 233 de la Constitución. Bastante extraño que quien presume ser el más prominente abogado constitucional, el erudito del derecho constitucional venezolano, no responder semejante señalamiento. De todas formas se lo recordamos nuevamente, ya que se acerca el 5 de enero del 2021, fecha en la que vence el Estatuto de la Transición, y Hernández pareciera, por sus últimos pronunciamientos, estar muy interesado en su extensión. En el año 2019, antes de la juramentación de Guaidó como presidente interino, el abogado venezolano sostuvo en un artículo en Prodavinci (https://prodavinci.com/y-que-dice-el-articulo-233-de-la-constitucion) que bajó ninguna circunstancia el artículo 233 de la Carta Magna podía ser utilizado para justificar el vacío de poder el 10 de enero del 2019 y la presidencia encargada del dirigente de Voluntad Popular. Dos años después, el exprocurador cambia su visión y sostiene con firmeza que el 233 es la base que sustenta la continuidad del interinato hasta la celebración de elecciones libres (https://politiks.co/hernandez-con-o-sin-gobierno-interino-maduro-no-es-presidente-legitimo/). Como verá cualquier lector las opiniones de nuestro sumo sacerdote varían según el viento que sople. Por cierto, nos anexó un nuevo artículo o dictamen donde defiende la presidencia interina indefinida. ¿Quién se lo habrá encargado?
Cabe acotar que cada elemento aquí descrito está sustentado con enlaces directos a declaraciones del abogado, sentencias judiciales, y entrevistas que constituyen evidencias sobre lo que se dispone. Un punto que marca distancia con el ensayo de respuesta del exprocurador, donde los hipervínculos dirigían a noticias o sucesos que no correspondían con lo que se afirmaba en el artículo. Quisiéramos pensar que fue un “error de tipeo” o no se imaginaba que lo íbamos a apretar, y no una maniobra más para salir ileso y desangrar la verdad. Por ello, una recomendación para Hernández que no puede faltar ante lo que está a nuestros ojos: “No te mientas a ti mismo. El hombre que se miente a sí mismo y escucha su propia mentira llega a un punto en que no puede distinguir la verdad dentro de él y por lo tanto pierde todo respeto por sí mismo y por los demás. «Los hermanos Karamazov», Fiódor Dostoievski.