Entra como un ciclón en la sala donde hacemos la entrevista. A lo largo de la conversación, el expresidente brasileño Luiz Inácio Lula da Silva repite varias veces su edad, 76 años, —una edad a la que un hombre no puede odiar, nos dirá—, pero asegura encontrarse con la energía de alguien mucho más joven. Y de hecho, viene de una jornada agotadora en Madrid y de una agotadora gira por Europa que le ha llevado a Bruselas y a París.
Por: Espectador de Caracas con información de Alberto News
Pese a todo ese ajetreo, responde desde la primera pregunta con la pasión de quien quiere proclamar al mundo que Brasil puede estar de vuelta en la escena internacional a partir de las elecciones que se celebran el año próximo. Ese es el mensaje que quiere transmitir en su visita europea: Brasil no es Bolsonaro.