Pocas cosas son tan catárticas en esta vida como el llanto. A menudo se asocia con momentos tristes, aunque también puedes llorar de alegría, de risa, emoción, dolor y muchas otras sensaciones. Algunas personas, sin embargo, no pueden desencadenar esta reacción. Si eres una de ellas, te contamos por qué no puedes llorar.
Por: El Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
La ausencia del llanto puede relacionarse con frialdad, desconsideración e incluso con ausencia de sentimientos. Como veremos en un momento, existen muchas razones por las que no puedes llorar. Estas se dividen en físicas y psicológicas. Cada una, de acuerdo con sus características, demanda un tratamiento diferente. Analicemos con detalle todo esto.
Razones físicas por las que no puedes llorar
Lo primero que se debe descartar ante la ausencia del llanto es una explicación física. Diversas enfermedades o trastornos pueden explicar una disminución e incluso una supresión total de las lágrimas. Antes que nada, debemos distinguir los tipos de llantos. De manera general, se suelen catalogar en 3 tipos: basales, reflejos y emocionales.
El primer tipo es el más común de todos, ya que se encarga de mantener tus ojos húmedos. Produces lágrimas todos los días, las que también ayudan a mantener limpia el área ocular. El segundo tipo es una reacción frente a un irritante externo. El humo y los gases que se liberan al cortar cebollas son los mejores ejemplos. Por último, el llanto emocional se produce frente a cambios de tu estado de ánimo.
La composición química, las reacciones complementarias que acompañan al llanto y su volumen varían de acuerdo con cada variante. El por qué no puedes llorar debe responder a cada uno de estos criterios.
Síndrome de Sjögren
El síndrome de Sjögren es un trastorno del sistema inmunitario que afecta a las membranas mucosas y a las glándulas que producen humedad. Su principal característica, en este sentido, son los ojos y la boca seca. Aunque se puede desarrollar de manera aislada, con frecuencia acompaña a otros problemas, como lo son el lupus y la artritis reumatoide.
De acuerdo con la evidencia, este síndrome afecta entre el 0,5 % y el 1 % de la población. Es más común en mujeres que en hombres, con una prevalencia mayor después de los 40 años de edad. Se trata de un trastorno que, de no tratarse, puede comprometer el funcionamiento de órganos como el hígado, los pulmones y los riñones.
No existe cura para el síndrome, aunque sí una variedad de tratamientos para aliviar sus síntomas. Usar lágrimas artificiales, por ejemplo, puede evitar la sequedad en los ojos. También existen cirugías que sellan los conductos por donde se drenan las lágrimas.
Queratoconjuntivitis seca
Se conoce también como síndrome del ojo seco. Se trata de una condición en la que tus glándulas no producen la cantidad de lágrimas suficientes. O en su defecto, estas son de mala calidad. Esta inestabilidad desemboca en ojos secos e incapacidad para producir lágrimas normales.
El síndrome del ojo seco es muy común en todo el mundo. De acuerdo con los investigadores, su prevalencia oscila alrededor del 5 %, aunque puede llegar hasta el 50 % en algunos grupos de personas. Existen muchas opciones de tratamiento para la queratoconjuntivitis seca, desde el uso de lágrimas artificiales hasta tampones lagrimales.
Ingesta de medicamentos
La ingesta de medicamentos conlleva una serie de efectos secundarios. Algunos de ellos pueden reducir la segregación de lágrimas, en especial cuando el tratamiento se prolonga.
Algunos grupos de fármacos que pueden interrumpir de forma parcial la función de las glándulas lagrimales son los siguientes:
- Anticonceptivos orales.
- Antihistamínicos o descongestionantes.
- Medicamentos que se utilizan para tratar la presión arterial.
- Inhibidores selectivos de la recaptación de la serotonina (ISRS).
También es común que, después de una cirugía ocular, la producción de lágrimas sufra cierta alteración. Se recomienda informar al especialista de cualquier efecto secundario que se experimente luego de iniciar un tratamiento con base en los fármacos mencionados.
Factores ambientales
Por último, los factores ambientales pueden jugar en tu contra al momento de disfrutar de una producción lagrimal sana. Si vives en una zona con mucho viento o muy seca, a una gran altitud o muy cerca de la costa, o en áreas propensas a sufrir incendios, la sequedad del aire incentiva que tus lágrimas se evaporen con mayor rapidez.
Razones psicológicas por las que no puedes llorar
Al margen de las explicaciones físicas, también encontramos a las psicológicas como detonantes de la ausencia de lágrimas. En este punto, hacemos referencia a las lágrimas emocionales. Es decir, aquellas que produce tu cuerpo frente a los cambios de humor.
Existen decenas de explicaciones psicológicas de por qué no puedes llorar. Hemos elegido, sin embargo, 3 que condensan las principales.
Anhedonia
La anhedonia se describe, en pocas palabras, como la incapacidad de una persona para experimentar placer. Con frecuencia acompaña a algunos trastornos psicológicos, como la depresión o la esquizofrenia, aunque también se puede desarrollar de manera aislada.
Sus desencadenantes no están claros, aunque la evidencia apunta a mecanismos neurobiológicos. Esta ausencia de placer repercute físicamente, entre otras cosas, reprimiendo tu capacidad de llorar. De esta manera, algunos pacientes con la condición experimentan una reducción o ausencia de lágrimas frente a situaciones tristes, dolorosas o graciosas.
Su tratamiento varía de acuerdo con el criterio del especialista, así como con los trastornos asociados. Con base en ello, se pueden recetar antipsicóticos o antidepresivos para tratar de disminuir la gravedad de los síntomas. Lo importante, en todo caso, es que debes saber que la condición se puede tratar.
Depresión
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), hasta el 5 % de la población adulta sufre depresión. Se trata de una enfermedad muy común en todo el mundo. El trastorno emocional se manifiesta de forma diferente en cada paciente, de modo que los síntomas de cada caso pueden diferir.
Algunos cuadros de depresión se pueden caracterizar por una supresión de las emociones. Los pacientes no pueden reaccionar frente a los eventos tristes o alegres de la misma manera que una persona sin el trastorno. La incapacidad de llorar acompaña a muchos de estos episodios.
Hoy en día existen innumerables tratamientos para la depresión. Algunos con base farmacológica, otros con pequeños cambios en el estilo de vida. La terapia, de igual manera, es un aliado indiscutible para mantener controladas las recaídas. Si sospechas que padeces de esta condición, no dudes en consultar con un especialista cualificado.
Represión de las emociones
Por último, encontramos a las represiones emocionales como explicación a por qué no puedes llorar. En este caso, no existe un desencadenante físico que impida que las lágrimas se liberen, sino que la carga emocional juega en contra al momento de que este proceso se desarrolle. Puede ocurrir en hombres y mujeres por igual y en todas las edades.
La represión de las emociones se puede desencadenar por diversas causas: prejuicios acerca del llanto, estigma cultural o traumas de la niñez o la adolescencia son algunas de las más frecuentes. Aunque las primeras acciones de represión se desarrollan de manera voluntaria, con el tiempo se convierten en automáticas.
No puedes llorar, pero hay solución
En síntesis, el que no puedas llorar tiene una explicación física y psicológica. En algunos casos, ambas pueden convivir al mismo tiempo, de manera que las consecuencias y los síntomas son mayores. Para todas existe un tratamiento que ayuda a reducir las complicaciones, de modo que debes acudir con un experto según corresponda.