Un presunto espía del régimen de Caracas, que habría infiltrado a insurgentes venezolanos que se entrenaban en Colombia para derrocar a Nicolás Maduro en la fallida Operación Gedeón, apareció muerto misteriosamente en Venezuela, reportaron medios locales.
Por: El Espectador de Caracas con información de El Nuevo Herald
Alejandro Olivares, de 35 años, quien había sido deportado de Colombia por presuntamente encabezar una red de espías venezolanos, fue abatido previamente este mes en un enfrentamiento con integrantes de la policía de investigaciones CICPC en el municipio Cristóbal Rojas del estado Miranda, a 30 kilómetros al sur de Caracas.
Según la información policial publicada en Venezuela, Olivares se desplazaba en un sedán de cuatro puertas por la Autopista Regional del Centro junto a otros sujetos cuando fueron interceptados por agentes del CICPC, lo que propició un tiroteo entre vehículos.
Tras la persecución, Olivares terminó colisionando su vehículo contra una montaña al borde de la vía, a la altura de un relleno sanitario conocido como La Bonanza.
Se le encontró una pistola Glock y munición de 9 milímetros. Al parecer, Olivares perdió el control del vehículo tras recibir varios impactos de bala. El caso permaneció bajo reserva durante cinco días, reportó el diario colombiano El Tiempo.
La muerte fue catalogada como misteriosa por El Tiempo, en un reportaje resaltando las labores de inteligencia que Olivares realizó para el régimen de Caracas. La unidad de investigaciones del rotativo había seguido los pasos del venezolano en Colombia antes de ser deportado.
Olivares, oriundo de Consejo de Ciruma, municipio Miranda del Zulia, pasó a ser noticia en Colombia tras ser detenido en ese país junto a una mujer y un hombre, todos venezolanos.
Las autoridades colombianas determinaron que los detenidos eran miembros activos de la Fuerza de Acción Especial de la Policía Nacional Bolivariana, una de las unidades policiales más leales al régimen acusada frecuentemente por organizaciones de derechos humanos de cometer actos de torturas y ejecuciones extrajudiciales.
Las autoridades colombianas también anunciaron que Olivares fue encontrado con una cédula colombiana falsa, que presuntamente había sido adquirida por dos millones de pesos.
Olivares y los otros dos venezolanos fueron deportados del país el año pasado, siendo acusados de conformar una célula de espionaje.
El Tiempo y medios venezolanos reportaron que Olivares fue enviado a Colombia para espiar al ex diputado venezolano Hernán Alemán, quien estaba involucrado en la planificación de un movimiento insurreccional contra Maduro a ser ejecutado por militares venezolanos rebeldes.
La operación, que terminó fracasando estrepitosamente en mayo del 2020, había sido infiltrada por Maduro desde sus inicios, determinó una investigación de El Nuevo Herald y de la cadena McClatchy publicada el año pasado.
Los medios de comunicación de Colombia y Venezuela reportaron que Olivares fue seleccionado porque era de la misma región de Alemán y entró en contacto con él bajo el argumento de que tenía información de su interés, pero el ex diputado venezolano sintió desconfianza del individuo y cortó comunicación con él.
Alemán, quien jugó un papel central en la Operación Gedeón, murió en julio del 2020, tras enfermarse con el COVID-19.