Siguen pasando cosas muy interesantes en el mundo político venezolano, cuando una parte muy importante del sector más radical de oposición ha decidido participar en las megaeleciones del domingo 21 de noviembre. Ellos que hasta el día de ayer, han sido unos fieles creyentes del abstencionismo, las sanciones, el intervencionismo militar extranjero y del bloqueo de todos los recursos que tenga Venezuela en el exterior.
Sin embargo, muchas personas se preguntan con incredulidad si ese cambio en las estrategias políticas es producto de la presión de la realidad socio política venezolana o es una orden directa que les dio el gobierno estadounidense
Este giro opositor llevó al presidente Maduro a reflexionar y a celebrar el regreso al carril democrático por parte de algunas organizaciones con fines políticos, que integran al autollamado “G – 4” conformado por adherentes a una derecha golpista, que difícilmente puedan ser catalogados como “auténticos demócratas”, pero que les dan la bienvenida al camino del voto, como la vía más democrática, para resolver las perversas y maliciosas confrontaciones políticas, que le hacen tanto daño a la estabilidad política de una nación.
El hecho concreto, es que el señor presidente, comentó de manera pública, su alegría por la presencia de más sectores opositores que se integran para el próximo proceso electoral. Además manifestó de manera jocosa y con el mejor sentido del humor posible que el día 21 de noviembre piensa comer cotufas mientras observa votando a Guaidó, al igual que a Ramos Allup. Sin embargo, el autoproclamado le respondió de inmediato al Presidente de la Republica, a través de las redes sociales: “ sea serio”…yo no he dicho que voy a votar el 21 de noviembre…se necesita mejorar las condiciones y garantías electorales…necesitamos elecciones libres y justas”.
Y estos comentarios dados por el autoproclamado, solo significan que hasta ahora “no está convencido” de ir a votar, a pesar de que el partido político “Rovoluntad Impopular”, al cual pertenece, ya están promoviendo candidaturas.
Más bien lo que está pensando el presidente interino, es que ante una nueva derrota electoral lo mejor que le queda es cantar fraude y pedirle asilo político a Iván Duque.
Politólogo.