El último vuelo de la Fuerzas Aéreas italianas del puente aéreo humanitario entre Kabul e Italia aterrizó hoy en el aeropuerto de Fiumicino con el resto de personal diplomático y militar con lo que las autoridades italianas dan por finalizadas las operaciones de evacuación que han permitido poner a salvo a 5.100 afganos.

Por: Espectador de Caracas con información de 800 Noticias

El Boeing 767 llegó a Roma con 110 personas a bordo, incluidos los últimos 58 ciudadanos afganos, el vicecónsul Tommaso Claudi, cuya fotografía ayudando a pasar niños al interior del aeropuerto dio la vuelta al mundo, y Stefano Pontecorvo, alto representante civil de la OTAN y los Carabinerios que habían permanecido en el lugar hasta ahora.

Al aeropuerto romano acudió el ministro de Exteriores, Luigi Di Maio, quien agradeció el trabajo de los Carabineros, de Claudi y del embajador Pontecorvo, sin los cuales no se podría haber realizado las evacuaciones y celebró que Italia «es el primer país de la Unión Europea (UE) por ciudadanos afganos evacuados».

Pontecorvo, quien coordinó las operaciones desde el aeropuerto de Kabul para la OTAN, aseguró a su llegada a los medios que las carreteras del país están «más o menos libres» y que «con el equipo adecuado el aeropuerto podría reabrir en una semana».

Por otra parte, Di Maio explicó que ahora la preocupación son «las amenazas terroristas» y que por ello «en los próximos días se tendrán otras reuniones con los aliados para organizar las próximas iniciativas».

«Ha finalizado la primera fase, pero no hay que ocultar que ahora empieza la fase más difícil: hay muchos ciudadanos afganos que todavía están esperando ser evacuados. Ya no podemos hacerlo con puentes aéreos como lo hemos hecho en los últimos días, pero estamos dispuestos con Naciones Unidas y con los países vecinos de Afganistán a trabajar para que estas personas que han colaborado con nosotros estos 20 años tengan las mismas posibilidades que los 5.000 ciudadanos afganos que hemos evacuado en estos días», dijo.

Y agregó: «Comienza una fase dos muy difícil, en la que nuestro imperativo debe ser no abandonar al pueblo afgano, a las mujeres, a las niñas. No abandonar a todos aquellos que en los últimos años nos han mostrado un gran deseo de crecer, de cambiar la situación que estamos viendo degenerar en los últimos días».