23 de noviembre de 2024 12:40 AM

Oscar Bravo: Mesa de diálogo entre las oposiciones

Ya se dio un importante paso entre los factores políticos venezolanos, que están ubicados entre los sectores gubernamentales que representan al gobierno de Nicolás Maduro y el sector opositor más extremista que representa a la plataforma unitaria del autoproclamado. El día viernes 13 de agosto del 2021, firmaron en Ciudad de México un memorando de entendimiento que se convierte en las líneas gruesas estratégicas sobre lo que se puede discutir y que permita llegar a ciertos acuerdos, en una negociación que será muy difícil y compleja pero que ya tiene fecha el próximo encuentro: el viernes 3 de septiembre.

Hasta ahora se han dado muchísimo comentarios, producto de ese primer acercamiento exploratorio, en que las partes políticas enfrentadas están señalando grosso modo sus peticiones y expectativas y ya presenta una primera lectura importante: el reconocimiento mutuo de saber quien es gobierno y quien es oposición y que entierra en un lugar muy profundo las tesis esgrimidas por los radicales abstencionistas, sobre la presidencia interina, encargaduría presidencial, diputados por continuidad administrativa, gobierno en transición y otras fantasías burocráticas que solo existían en el mundo de la virtualidad.

Otra lectura que se le está realizando a este primer encuentro realizado en México, es que deberían de ampliar la participación a otros sectores de la vida nacional para que estén presentes en la mesa de diálogo. Pero hay otra propuesta que se está comentando de manera insistente en algunos círculos políticos y que se sustenta en la siguiente interrogante: ¿Por qué el auto llamado antimadurismo y las diferentes oposiciones no tienen su propia mesa de diálogo?

Uno de los argumentos que sustenta ésta propuesta son las evidentes, públicas y notorias diferencias de criterios políticos entre las oposiciones políticas venezolanas, que van desde la ultraizquierda antimadurista, pasando por la derecha que acepta el voto como el mecanismo constitucional para dirimir los enfrentamientos políticos, hasta la ultraderecha abstencionista que es muy amiga de las sanciones, los bloqueos y los llamados atajos inconstitucionales.

Hay quienes afirman que primero deberían ponerse de acuerdo las distintas oposiciones, para luego sentarse a dialogar con el gobierno. Diálogo sobre todo entre los creen en el voto y los que son amigos de los golpes de Estado y de las intervenciones militares. Entre ellos hasta podría tocarse el punto sobre el sentido y significado de la traición a la patria, como delito y si hay presos políticos o políticos presos en Venezuela.

Y que la oposición venezolana debería manejar una voz más unificada en la mesa de diálogo y así poder mejorar la eficacia en la negociación política que se está dando en la mesa de México.

Politólogo.

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