23 de noviembre de 2024 7:01 AM

Maryclen Stelling: Ni un fracaso más

La trayectoria del diálogo en el país es una historia larga, tortuosa de experiencias previas en general fallidas, que suponen para la ciudadanía un importante peso emocional negativo ante este nuevo intento. 

El proceso que se inicia tiene lugar en un contexto político valorativo de incredulidad, degaste y abrupta disminución de la confianza ciudadana.  Carga político-afectiva profundamente negativa que amerita una labor de rescate de la credibilidad desde diversos ámbitos,  especialmente el político y el comunicacional. En esta oportunidad, observamos más transparencia y claridad en el proceso de negociación, al igual que  mayor compromiso entre las partes.  A ello se suma una estudiada estrategia comunicacional, llamada a jugar un importante papel tanto en el proceso como en el   clima político-afectivo de la ciudadanía sometida, además,  a una grave crisis multidimensional que, ante el peso de la confrontación, se percibe como no  prioritaria. Previo a la reunión en México, las delegaciones –Gobierno y Plataforma Unitaria de la Oposición– suscribieron un significativo “memorando de entendimiento de la negociación”, publicado en Gaceta Oficial.    Allí las partes simbólicamente depusieron armas y expresaron   su disposición a iniciar conversaciones; igualmente acordar las condiciones para celebrar elecciones en el país “con todas las garantías necesarias”.  En  ese contexto de rescate de la legitimidad, ambos factores políticos    suscriben una petición de levantar las sanciones internacionales contra Venezuela.  El 14 y 15 de agosto Gobierno y oposición se reúnen en México, planteándose  retomar las conversaciones el 3 de septiembre.  En tanto parte de la estrategia comunicacional y transparencia, se emite un “Comunicado conjunto sobre el proceso de negociación y dialogo en Venezuela”.

Este nuevo intento contará, al igual que en el pasado, con la mediación  del Gobierno de Noruega. Sin despreciar otro actor importante en el dialogo, los EEUU,  que comanda la estrategia geopolítica, asume el rol de la oposición y  responde directamente a las demandas del Presidente Maduro.

Venezuela exige voluntad real de negociar,  que la prioridad sea el país y no el beneficio de una u otra parte o de actores externos.

El conflicto no es estático.

@maryclens

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