23 de noviembre de 2024 8:33 AM

Domingo A. Rangel: Pedro Castillo

Con el triunfo de Pedro Castillo América Mestiza se pone más interesante aunque las urracas del twitter maldigan.

Si se ve en perspectiva, la elección del primer Presidente cholo no habría significado mucho de no ser que Buquele en El Salvador toma el camino de la soberanía… amén de las derrotas anteriores de Piñera en Chile y la monumental torta que pone el ciudadano Duque.

A estas alturas habrá quien recuerde que Hugo Chávez planteó algo similar… es decir… unir la América no sajona bajo sus propios intereses.

Pero ahora es distinto: no se trata de que Venezuela vaya a “salvar” otros pueblos… sino de supervivencia de todos.

Quiso la fortuna que nuestro país hoy carezca de las armas que llevaron a que el Libertador llegara hasta Bolivia… sin pedir los venezolanos nada a cambio.

O divisas a borbotones como las tuvo el primer Carlos Andrés Pérez que regaló un barco y al igual que el comandante Chávez… donde llegaba ofrecía lo que tal vez nadie estaba pidiendo.

Pedro Castillo no la tiene fácil: la oligarquía limeña… virreinal y pizarruna… acostumbra controlar monopólicamente la economía de ese país.

Allí está la razón del odio que esas gentes le tienen a Fujimori al punto que solo el miedo a un cambio necesario les llevó… con el gran escritor pero imbécil político… Mario Vargas Llosa a la cabeza… a aceptar mirando al piso, a Keiko.

La Constitución que Castillo debe cambiar contiene monopolios que deben vaporizarse tras siglos de humillaciones a las mayorías de donde proviene el nuevo Presidente.

Pero también contiene facilidades para los negocios y la producción que han llevado a una empresa peruana a ser la tercera más grande del mundo en cuanto a textiles.

Con esas facilidades tendrá que hacer equilibrio Pedro Castillo a quien le deseo buena suerte. Pero hay un peligro.

EEUU, imperio en declive, tiene en su seno poderes que añoran como las urracas venezolanas el pasado que no volverá.

USA puede reconformar un equilibrio donde la China y Rusia estén presentes… como cuando abandonó las dictaduras militares por civiles demócratas. De lo contrario el equilibrio se logrará pero a un gran costo y que las urracas se enojen porque Castillo juró con un sombrero campesino… en el Campo de Ayacucho…y acabó con el Palacio de Pizarro… en las narices del rey español.

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