El 26 de julio de 2021, el subpresidente neogranadino, Iván Duque, pidió a Estados Unidos que declare a Venezuela país promotor del terrorismo porque, según dijo, allí se protege a las guerrillas del ELN y a disidencias de las Farc que perpetraron atentados contra una brigada militar y contra su helicóptero. Quien pide esto es uno de los miembros de las bandas paramilitares de Álvaro Uribe Vélez. El palacio de Nariño después de la partida física de Bolívar nunca había estado tan repulsivamente alquilado como lo está hoy. La guerra civil que vive el pueblo de Girardot y Ricaurte no comienza con el asesinato de Jorge Eliécer Gaitán sino que se remonta al odio que pulula en las entrañas de Francisco de Paula Santander materializado en el asesinato a Sucre y al aniquilamiento de la República de Colombia que fundara Bolívar el 17 de diciembre de 1819.
Eugene Hermann Plumacher fue el cónsul de Estados Unidos en Maracaibo entre 1878 y 1910. En junio de 1901, planificó con el general venezolano Carlos Rangel Garbiras (el Cliver Alcalá Cordones de entonces) y algunos santanderistas una invasión neogranadina a Venezuela por el estado Táchira. El 26 de julio de 1901, el presidente conservador José Manuel Marroquín da la orden a un regimiento conformado por cinco mil soldados cuya misión era “saquear nuestros pueblos, mancillar nuestra honra y enriquecerse con el fruto de nuestro trabajo”. Ante esta agresión, el presidente bolivariano Cipriano Castro proclamó: “El sagrado territorio de la Patria ha sido invadido por un ejército de colombianos. Compatriotas, pido y reclamo en nombre de Venezuela el concurso decidido de todos sus hijos”. La batalla de San Cristóbal se desarrolló entre el 28 y 29 de julio, y a pesar de la inferioridad numérica de nuestro ejército (300 soldados), la victoria fue de los Restauradores de Cipriano Castro y entre sus consecuencias se cuentan la expulsión de la patria de los conservadores antibolivarianos, el exilio de Garbiras en Colombia y el fortalecimiento del gobierno venezolano. El 20 de agosto de 1901, Eugene Hermann Plumacher levantó un plano y lo envió a su gobierno con las notas explicativas de cómo fueron las acciones.
Entre la invasión colombiana por el Táchira y las palabras de Duque hay 120 años. Duque, ¡pon atención! aunque sabemos que te deleitas lamiendo las botas yanquis, preocúpate del pueblo que protesta en las calles, no sigas exportando mercenarios, no asesines a líderes campesinos, no sigas sacando ojos, no sigas produciendo cocaína. ¡Detén las masacres!