Mantener vivo el deseo y el placer en las relaciones de pareja es esencial para disfrutar de una buena vida sexual. Ahora bien, en algunas ocasiones, puede que cueste conseguirlo. Bien sea porque se han atado a la rutina o por otros factores.
Por: Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Es normal que, a medida que pasan los años, los encuentros sexuales en una pareja se reduzcan por temporadas. En este sentido, piensa que al principio de la relación la situación era diferente a la actual: no estaban juntos tanto tiempo, ponían más empeño en estar más atractivos para el otro, trataban de sorprenderse de diversas maneras y de seducirse… Pero, ahora eso ha cambiado.
Y ojo, esto no quiere decir que el fin de la relación esté cerca; sino que hay que cuidar algunos detalles. Para recuperar esa magia y volver a experimentar placer juntos, hay que tener –sobre todo– una buena comunicación. Sin ella, la cama se puede seguir enfriando más y más.
El deseo y el placer en las relaciones no surge de forma espontánea
Para volver a gozar y sentir placer en pareja, hay que recordar que el deseo no surge de forma espontánea. Dicho en otras palabras: debe estar motivado por ciertos factores.
Aunque creas que el deseo surge por sí solo, en realidad, no es así. En este sentido, el psicólogo Iván Pico detalla que el deseo sexual debe estimularse con ciertas actitudes que, a veces, se pierden con el paso de los años.
También hay que tener en cuenta que el cerebro es otro órgano sexual del cuerpo, y que estimularlo puede ser de utilidad para divertirse en la cama y tener encuentros satisfactorios.
La intimidad es necesaria
¿Cuánto hace que no tienes tiempo y espacio para ti? La intimidad con la pareja es positiva, pero también lo es tener intimidad con uno mismo. De hecho, según resultados obtenidos de un estudio desarrollado en 2010 a 19 mujeres casadas, una de las causas de pérdida de deseo sexual es la familiaridad excesiva.
En ocasiones, los miembros de la pareja comparten situaciones privadas (como depilarse sin siquiera cerrar la puerta del baño). Y, aunque creas que esto significa confianza, la verdad es que con el tiempo eso va influyendo –de una forma u otra– en la falta de deseo.
Poco a poco, la pareja llega al punto en el que no se preocupa por sorprenderse ni en los detalles más mínimos detalles; como puede ser aplicarse un perfume distinto o colocarse alguna prenda de ropa sugerente.
Como se perdió cierta intimidad individual, el erotismo se ha reducido. No hay misterio, ni sorpresa que invite a “aventurarse” y a descubrir el placer de nuevo.
Hay detalles que afectan el deseo
Aunque el hecho de acostumbrarse a estar en pareja resulta positivo en algunos aspectos, hay que evaluar algunas cuestiones cuando uno ya se ha acostumbrado al otro y no se desean.
- Tal vez hayas dejado de sentirte atractivo para tu pareja.
- Quizás hayas dejado de prepararte como antes para abordarla en la cama porque piensas que ya no importa demasiado, ya te ha visto en los peores días y “le dará igual”.
- Además, quizás tienen un horario para mantener relaciones. Por ello, también es posible que se hayan limitado y hayan dejado de ver la posibilidad de practicar sexo fuera del tiempo estipulado; lo cual resulta desalentador.
Por otra parte, al momento de hacer el amor, lo hacen sin ganas y eso no es positivo para ninguno. Si uno de los dos no tiene ganas en algunas ocasiones, no pasa nada. Y si ocurre lo mismo por ambas partes, igual, pero tampoco hay que dejar que esto sea una excusa para abandonarse.
¿También has dejado de masturbarte? Si lo has hecho, quizás deberías reconsiderar retomar este hábito. Su práctica te ayudará a disfrutar del sexo en solitario y a saber qué te gusta para desear más a tu pareja.
Como puedes ver, hay gestos que afectan la vida sexual. Por ello, hay que estar atento a los detalles y, en caso de detectar algún problema, procurar modificar algunas actitudes para ponerle remedio lo antes posible.
