Las relaciones personales tienden a ser complejas. Por eso, es normal que tengamos problemas para gestionarlas de forma adecuada y que surjan conflictos que acaban por afectar nuestra salud mental. Con el objetivo de abordar esto de la mejor manera posible, en 1969 se desarrolló la terapia interpersonal.
Por: Espectador de Caracas con información de Mejor con Salud
Fueron Gerald Klerman y Myrna Weissman quienes descubrieron una nueva manera de hacer terapia mediante la asociación de la patología de cada paciente (depresión, baja autoestima, ansiedad) con el contexto psicosocial en el que vivía.
A menudo, esta terapia suele centrarse en los trastornos depresivos mayores, aunque en la actualidad también se abordan otras condiciones. Entre sus beneficios está resolver los conflictos interpersonales, transitar el duelo o superar la depresión.
¿Cómo funciona la terapia interpersonal?
Este tipo de terapia se centra en la depresión, los problemas alimentarios u otros trastornos cuyo origen está en una mala gestión y abordaje de las relaciones interpersonales. Detrás de ella, podemos detectar algunas corrientes como el psicoanálisis, la terapia cognitiva-conductual o el humanismo.
Sin embargo, la terapia interpersonal es única y no se engloba dentro de ninguna de estas corrientes. Los mecanismos en los que se centra son la sintomatología del paciente, los conflictos que tiene y las relaciones interpersonales que mantiene.
- Sintomatología: el paciente puede sentirse triste, con la autoestima muy baja, ha perdido las ganas de hacer aquello que antes le apasionaba, nada le motiva, etcétera.
- Conflictos: hay algunos que son evidentes y claros, como puede ser tener un jefe abusivo, una relación de pareja dañina, un contacto con la familia cuando esta es tóxica, entre otros.
- Relaciones: dependencia emocional, ser incapaz de poner límites, no saber comunicar los propios deseos ni cortar relaciones que solo causan daño.
Proceso de la terapia interpersonal
Una vez se detectan todos estos problemas, se puede iniciar el proceso de terapia interpersonal. Para ello, se debe realizar una entrevista previa que permita al profesional hacer un diagnóstico y saber qué es lo que le ocurre a la persona afectada.
Luego, lo que se hace es profundizar en todos esos problemas. Si el paciente tiene una depresión profunda, puede que necesite un tratamiento farmacológico que complemente a la terapia interpersonal que está recibiendo. En algunos casos, esto es beneficioso.
Será la evolución de cada uno lo que irá marcando el número de sesiones que necesitará y la frecuencia de las mismas. El profesional hará los cambios que se necesiten para adaptar la terapia, de modo que empiece a haber una mejoría notoria,.
¿Cuándo se recomienda?
La terapia interpersonal se recomienda cuando hay conflictos en las relaciones que causan un gran malestar. Es normal que no se cuenten con los recursos para gestionarlos de forma adecuada, por eso, la terapia psicológica es tan necesaria.
Asimismo, este tipo de terapia es de utilidad cuando fallece una persona muy querida. Gestionar el duelo es complicado y puede sumergir a la persona que sufre la pérdida en una profunda depresión. Por lo tanto, este recurso puede contribuir a transitar el duelo.
Qué podemos decir de los problemas en las relaciones fruto de una mala comunicación, falta de límites, relaciones negativas, etcétera. Todo esto se puede tratar y resolver con este tipo de terapia, que aportará recursos muy útiles para el momento presente, pero también para el futuro.
Cuando se sufre depresión y nada ha sido útil hasta el momento, la terapia interpersonal puede suponer un gran cambio. Los fármacos por sí solos no ayudarán a superar este trastorno que limita mucho la vida de quien lo padece. Por lo tanto, es una terapia muy útil.