Aurora Lacueva
Si se toman las medidas fundamentales a tiempo, luce factible comenzar el nuevo año escolar de manera semi-presencial. Sería importante poder hacerlo: las y los estudiantes necesitan volver a la relación directa con sus docentes y compañeros, aunque sea solo algunas horas a la semana. Resulta muy difícil en los niveles básicos estudiar totalmente a distancia, y mucho más con las carencias en equipos, conectividad y servicio eléctrico que sufre la gran mayoría de nuestros niños, niñas y adolescentes.
Entre las acciones imprescindibles que resaltan se encuentra la vacunación de las y los docentes. Estamos viendo mucho desorden en los procesos de inmunización en marcha: solo las personas llamadas deben ser atendidas. Y entre ellas han de empezar a aparecer las educadoras y los educadores, junto al personal de salud que pueda aún estar pendiente, más las personas de la tercera edad. Según se ha dicho, son cerca de 500.000 docentes los que deben ser inmunizados, por lo que ya deberían estar siendo convocados. Y hacia finales de agosto podría evaluarse la convocatoria a estudiantes mayores de 15 años, como primer grupo a atender de ese sector.
Por otra parte, la remuneración que recibe el magisterio, en especial el magisterio de las escuelas públicas, es demasiado exigua: nadie puede subsistir con ella. Volver a los planteles requiere al menos un bono mensual de apoyo, de mayor alcance que los hasta hoy otorgados.
Además, no es que simplemente hay que abrir los locales y barrer un poco. Se necesita desmalezar, reparar instalaciones sanitarias, reconstruir verjas y paredes, pintar, llevar pupitres faltantes… Pues ha habido abandono y vandalismo durante todos estos meses de cierre. También hace falta asegurar un suministro regular de agua, reparando o incorporando tanques.
Todas estas acciones, junto a otras igualmente necesarias, implican costos y las ilegales “sanciones” del gobierno de Estados Unidos son un terrible obstáculo en ese sentido. Por eso requerimos al menos un rápido preacuerdo patriótico entre el sector opositor dirigido por Guaidó y el gobierno de Maduro. Para liberar recursos retenidos en bancos de Europa y, bajo supervisión de organismos internacionales, preparar el regreso a las aulas de la niñez y la juventud venezolanas. ¡Se trata de nuestro futuro!
