En uno de los momentos más tensos para las relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Rusia, los presidentes acordaron restablecer a sus embajadores y avanzar en una agencia de seguridad bilateral y desarme nuclear. También expresaron sus diferencias en materia de derechos humanos y geopolítica.
Por: Jordan F | El Diario
En calma culminó el encuentro entre el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, y de la Federación Rusa, Vladimir Putin. La reunión se realizó el 16 de junio de 2021 en la villa La Grange, en las afueras de Ginebra, Suiza.
Ambos líderes llegaron por separado, y luego del apretón de manos protocolar, pasaron a una sala donde conversaron por alrededor de dos horas. Posteriormente ofrecieron, cada uno en solitario, sus respectivas ruedas de prensa. El balance fue positivo, aunque la cumbre continuó el resto del día entre sus delegaciones diplomáticas. Por un lado, el secretario de Estado, Antony Blinken; por el otro, el ministro de Relaciones Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.
Es la primera vez que Biden sale del país como jefe de Estado, en una gira donde busca acercar nuevamente a Estados Unidos con la Unión Europea. Parte de sus logros fue la renovación con el Reino Unido de la Carta del Atlántico, que sustenta la alianza geopolítica de ambos países y su papel dentro de occidente.
Washington y Moscú enfrentan uno de los puntos más bajos en sus relaciones diplomáticas desde el fin de la Guerra Fría. El embajador de Rusia en Estados Unidos, Anatoli Antonov, fue llamado a consultas en su país el 17 de marzo de 2021. Semanas después, el 20 de abril, el embajador estadounidense John Sullivan también fue repatriado. Ambos países han expulsado a sus enviados diplomáticos en medio de acusaciones mutuas de injerencia y espionaje.
Cambio de postura
“Estados Unidos ha vuelto y las democracias del mundo están unidas”, exclamó Biden el 8 de junio en su llegada a Bruselas, Bélgica. Allí lo recibieron el presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, y la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Antes viajó a Inglaterra, donde participó en la cumbre de naciones del G7, y se reunió con los aliados de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
Con esta gira Biden intenta cambiar radicalmente la postura de su antecesor, Donald Trump, quien durante su gobierno mantuvo una relación fría con la Unión Europea. Este acercamiento busca la instalación de la denominada Agenda Transatlántica Conjunta, con acuerdos en materia de cooperación contra el calentamiento global, defensa de los derechos humanos y atención a la pandemia de covid-19.
Parte de la confianza depositada en Europa se mostró en los preparativos previos a la reunión con Putin. Biden se entrevistó con reconocidas figuras como la canciller alemana Angela Merkel y la reina Isabel II de Reino Unido, a quienes pidió asesoría para tratar con el líder ruso.
Preparando el terreno
No es la primera vez que Biden y Putin conversan en persona, aunque sí es su primera reunión oficial como presidentes. Su último encuentro fue en Moscú en 2011, cuando el primero era vicepresidente del gobierno de Barack Obama y el segundo primer ministro. En ese momento las impresiones de cada líder sobre el otro no fueron las más amigables.
El presidente ruso no ha escondido nunca su preferencia por el anterior ocupante de la Casa Blanca, Donald Trump. Lo elogió como un dirigente talentoso y colorido, mientras que a Biden lo considera “radicalmente diferente”. La opinión del mandatario estadounidense tampoco es positiva. En una entrevista concedida en marzo a ABC News, acusó a Putin de interferir en las elecciones de su país, además de calificarlo como “asesino”.
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