Dicen que todo gran viaje comienza con un pequeño paso. El paso de Filomena por España, dejó a más de uno bien entrenado.
Por: El Espectador de Caracas con información de 800Noticias
Un manual de prevención de accidentes del Departamento de Trabajo de EEUU recomendó que lo fundamental en estos casos es dar pasos pequeños y caminar despacio, lo que permite reaccionar a los resbalones antes de que sea demasiado tarde.
También hay que adelantar ligeramente la parte superior del cuerpo. El motivo es que, al caminar, ponemos nuestro peso en un pie adelantado respecto al tronco, que se convierte en el punto donde se trasmite la fuerza al suelo.
Esto no supone un problema cuando el suelo ofrece tracción, pero sobre hielo es la mejor manera de perder el equilibrio. Para preservar la estabilidad sobre superficies resbaladizas hay que adelantar ligeramente la parte superior del cuerpo, de manera que su peso recaiga sobre el pie que se adelanta en cada paso.
Esta manera de colocar el peso del cuerpo, similar a la que se enseña para patinar (la similitud entre muchas caídas por hielo y las de los patinadores poco experimentados, con los glúteos por delante, no puede ser una casualidad), tiene sus limitaciones.
Por ejemplo, pierde eficacia cuando uno pisa una superficie inclinada. En ese caso, es justo decir que tu pie no sujetará tu peso, sino que lo más probable es que este último haga que se mueva el pie, como advirtió el glaciólogo Mark Fahneston, de la Universidad de Alaska en Fairbanks, en una entrevista a la página web Mental Floss. Conviene tener las manos listas para aferrarse a cualquier cosa que pueda salvar la caída.