La temida decisión de EE. UU. de también dejar sin efecto la licencia que permitía a Venezuela acceder al diesel por intercambio de petróleo llegó. Al menos así lo dejó ver Elliott Abrams, encargado de la Administración Trump para el caso Venezuela.
«Estamos tratando de detener la exportación de crudo por parte del régimen de Maduro en Venezuela, y una de las formas de detenerlo es evitar que la gente cambie varios productos por él», dijo. «Hemos estado en contacto con aquellos que están involucrados en tales transacciones y hemos encontrado que están dispuestos a cumplir con las sanciones de EE. UU.», dijo el funcionario estadounidense citado por S&P Global Platts.
Las importaciones de diésel y gasoil dan cierto respiro a diversas operaciones industriales, importantes para los sectores productivos del país.
Se estima que uno de los sectores más afectados es el del transporte, tanto de carga como de pasajeros, que depende de este tipo de combustible para operar.
De hecho, la temida decisión es adversada por amplios sectores de la sociedad venezolana que incluso se han movilizado para cuestionarla. Un grupo de ONG venezolanas le solicitaron a Washington no tomar una medida que impactará en la ya crítica economía venezolana.
Otras de las voces más críticas a la decisión es la del economista Francisco Rodríguez, promotor del plan de petróleo por alimentos venezolanos, a través su cuenta de Twitter reaccionó a la medida: «Estados Unidos confirma que pondrá fin a la excepción que permitía a Venezuela importar diésel, combustible crucial para el transporte de alimentos. Aumentar el sufrimiento de los venezolanos no sacará a Maduro del poder».
De concretarse la decisión, se tomaría a escasos días de las elecciones en EE. UU.
Donde Donald Trump se bate con el demócrata Joe Biden por la Presidencia. Además, en medio de un creciente cuestionamiento sobre la efectividad de las sanciones para lograr un cambio de Gobierno en Venezuela.
Las sanciones internacionales impuestas a Venezuela han aumentado la desigualdad y la pobreza entre los ciudadanos, sin lograr su objetivo de acabar con el Gobierno de Nicolás Maduro, advierte un informe difundido este viernes 30 de octubre por la Oficina de Washington para Asuntos Latinoamericanos (Wola).
«Luego de tres años, los resultados son bastante mediocres (…) la crisis ha empeorado y no se ha logrado el cambio político», señala el texto, tras remarcar que las sanciones no iniciaron la recesión económica ni el colapso financiero en el país pero sí han profundizado el deterioro en la calidad de vida de los venezolanos.