Teódulo López Meléndez: Dejar de vivir en el pasado

En este mundo no sólo hay divisiones étnicas, nacionales o ideológicas, sino de posición en el tiempo. Sólo una muy pequeña parte de la población mundial está ya viviendo en el futuro. Millones de hombres viven en el pasado, sin que sobre ellos se lance un requerimiento de preparación para el futuro. Muchos de ellos están organizados en sociedades que viven de antiguos paradigmas y de normas obsoletas. En el campo de la organización política se aferran a principios que sólo pueden ser dados como obvios, mientras una clase dirigente periclitada sigue utilizándolos para mantener en el único sitio que pueden vivir: en el ayer.

El único objetivo posible de las instituciones políticas es el logro de la mayor dosis de felicidad posible para los ciudadanos. En la tranquila mediocridad de las pequeñas almas no cabe la apertura hacia nuevas formas de organización social y de formas políticas. En el campo de la evolución sociopolítica son como tribus detenidas en el tiempo. Para estas tribus que impiden el acceso al futuro, la máxima felicidad posible es el mantenimiento de las estructuras obsoletas y del pensamiento decaído.

En el contexto de las negociaciones por el futuro entra de pleno un participante clave: la sociedad más aproximada a comunidad. Para lograrlo, irá construyendo lo que se ha denominado “un entorno habilitador”, uno que permita su ascenso. El “entorno habilitador” pasa por crear condiciones culturales, económicas, sociales y políticas que permitan el pleno desarrollo de la persona humana.

Por ello, el conocimiento se alza como el factor determinante de movilización de los procesos. Esto es, la construcción del conocimiento se inserta en la concepción misma del desarrollo, lo que conlleva a la redefinición de visión, paradigmas, capacidades técnicas, metodológicas y financieras.

No se acepta ya la visión mecánica para el desarrollo, ya que los efectos negativos para la población humana han sido graves (pobreza, desigualdad, brechas económicas y tecnológicas). Hoy se habla de “consumo de saber” como característica de la nueva organización social.

Dutan nos recuerda el llamado “triángulo de la sustentabilidad”, esto es, “la fundamentación u orientación del desarrollo, las capacidades y la credibilidad como aportes a la sustentabilidad de las organizaciones e instituciones desde la perspectiva de la conformación de redes, en donde la construcción de conocimiento se convierta en el ordenador de relevancia”.

Por eso ya no cabe el pretendido dirigente que quiere mantenernos viviendo en el pasado.

@tlopezmelendez

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