El cambio de tono del presidente Luiz Inácio Lula da Silva frente a la crisis en Venezuela dificulta el papel mediador de Brasil y es visto por analistas como un reflejo de la encrucijada en la que está inmerso el líder progresista al querer equilibrar los intereses de su país y los de su partido.
Lula ha endureciedo su discurso frente al resultado de las elecciones presidenciales en Venezuela, en las que, según el Consejo Nacional Electoral, salió victorioso el presidente Nicolás Maduro, aunque son consideradas un “fraude” por la oposición.
De calificar como “normal” el proceso electoral, el mandatario brasileño ahora dice que Maduro “sabe que le está debiendo una explicación a todo el mundo” por no haber publicado las actas electorales.
“Esa ambigüedad, esa confusión (en el discurso) no tiene ningún sentido”, aseguró a EFE Sérgio Praça, profesor de la Facultad de Ciencias Sociales de la Fundación Getulio Vargas.
El doctor en Ciencias Políticas anota que los errores no han sido solo en el discurso sino también en las propuestas que el mandatario brasileño ha hecho esta semana a través de entrevistas a medios locales para apaciguar la crisis poselectoral en Venezuela.
Lula sugirió la celebración de nuevas elecciones -algo que fue rechazado por Maduro y por la oposición- o la formación de un gobierno de coalición que integre miembros del chavismo y de la oposición.
“Eso es aún peor, porque es una dictadura y ¿cuándo una dictadura comparte el poder?”, señaló el analista.
Con información de EFE
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