Sigue la crisis venezolana.
Mientras el gobierno, sin actas pero con declaración del CNE le informa al mundo que el señor Maduro fue electo presidente y este aspira que su tribunal supremo lo confirme, una parte de la oposición -acta en mano- canta que el ganador de la contienda electoral fue Edmundo Gonzalez Urrutia, mientras que otros de los participantes en dicha contienda piden se cuenten actas y votos así como que el resultado lo certifiquen terceros independientes.
Así como estamos a lo interno de Venezuela, está la comunidad internacional.
Algunos amigos del señor Maduro ya lo reconocen como presidente electo; una parte de la comunidad internacional hace lo propio con el embajador Gonzalez Urrutia y otra, a mi juicio la que mejor está manejando el tema pide que se muestren las actas, se contrasten con los votos y ello sea validado por terceros de buena fe.
En esta última posición está el presidente Petro. Le acompañan, internacionalmente, Brasil, México, España, Noruega, entre otras naciones. Pero igual lo hacen actores que otrora, automáticamente uno pudiere pensar que respaldarían al señor Maduro: Ernesto Samper, Leonel Fernández, la representante americana Cortez Ocasio y la señora K, entre ellos.
Mientras los que primero declararon tipo el presidente Milei o el secretario Almagro -y los venezolanos que por el mundo repiten sus consignas- consiguieron aplausos de la galería, lo cierto es que las afirmaciones destempladas nada consiguieron, ni conseguirán del madurismo. Este permanecerá impertérrito ante ellas y cuando mucho les responderá con palabras de similar o peor calibre.
Tampoco han conseguido nada favorable como reaccion los paises, instituciones y personas que reconocieron al embajador Gonzalez Urrutia como presidente elegido; sin embargo, la gestión diplomática discreta de la triada México, Brasil y Colombia no ha recibido respuesta pública alguna -lo que en el fondo es una respuesta- y por ello tiene más posibilidades de lograr algún efecto, más aún si se parte del supuesto que quienes la están desarrollando, no son adversarios políticos del madurismo sino que se estiman en alguna forma afines. Al ser así, es cuando menos una torpeza utilizar cualquier escenario para denigrar de esos actores. Ellos están pidiendo que se cuenten las actas, se contrasten con los votos y se certifique la veracidad de las cuentas ni más ni menos, lo que a todos interesa.
Desde hace más de dos años, en columnas como esta afirmé que el gobierno colombiano que sustituiría la administración del señor presidente Duque, debía cambiar su estrategia respecto de Venezuela. Así lo ha hecho el gobierno Petro y hoy en tal sentido lidera una propuesta que, de prosperar, redituará para Venezuela y también para Colombia.
Formó parte de los venezolanos que aspira que la gestión que adelantan de consuno esos tres presidentes latinoamericanos tenga éxito. El de ellos será de los venezolanos, de los colombianos y en el fondo, de los latinoamericanos.
Contar, contrastar y certificar para informarle al mundo cual fue el resultado real, eso pide el presidente Petro y en ello, sin duda, le acompañamos.
Gonzalo Oliveros Navarro
@barraplural
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