Si cualquiera pudiera ser médico, yo sería médico. Pero debo aceptar, con dolor y en primera persona, que hacen falta condiciones particulares para poder ejercer esa profesión.
Juan Manuel Morales Chávez, anestesiólogo y, por ende, conocedor de los entresijos del quirófano, pone en luz la pesada carga que supone el éxito profesional, cuando el médico se transforma en una especie de vedette aclamada por el público, siempre en la mira de la sociedad, presta a juzgarlo y a condenarlo.
Su más reciente novela, “El Litigio de los Dioses”, publicada por Editorial Verbum, desgrana las realidades de la vejez, la migración y las relaciones entre la medicina y la sociedad a partir de una conversación en la terraza del Círculo de Bellas Artes, uno de los más emblemáticos lugares de la capital española. Allí van surgiendo diversos temas: los aspectos más humanos del ejercicio de la medicina, la soledad, los fracasos amorosos y los estragos que ocasiona la migración en la trayectoria profesional de un individuo
“Está inclusive lo que llega a sentir un médico después de haber estado en la cúspide de una carrera, y ver cómo pasa de ser una eminencia conocida, reconocida, famosa, con una buena situación económica, a ser un inmigrante, que muchas veces tiene que callarse la boca, que muchas veces no puede decir lo que quiere, que se consigue de frente con la vejez, o con un cuadro de Alzheimer o demencia senil”, explica el doctor Morales Chávez.
La vejez y el silencio son fundamentales en la novela, omnipresentes en la descripción de las manos, de las artrosis, en la búsqueda del ideal de una belleza perfecta,en ese luchar contra los años que tenemos los seres humanos.
En el libro, precisamente, es el fatal desenlace de una operación de cirugía estética lo que desencadena una serie de sucesos que impacta de diferente manera en la vida de los protagonistas, Armando Larrazábal y Pedro Santamaría, que convergerán en una fecha simbólica -el aniversario del deceso de la paciente- para revelar el lector los diversos episodios que los han conducido hasta el punto en que se encuentran.
“Hay una reflexión sobre los cambios sociales, sobre cómo han influido en la medicina, sobre cómo es el ejercicio de la medicina hoy en día y cómo lo era antes… El tema de los tiempos para atender a los pacientes…Y cómo de alguna manera los avances científicos, los avances médicos, han sido utilizados para dar respuesta a unas demandas, probablemente desde el punto de vista social”, señala Morales Chávez. Y prosigue: “Uno se pregunta si es que surgieron por el interés científico (o en todo caso así se lo plantea el personaje) o si sencillamente fue la respuesta que hubo que dar a una serie de cambios sociales que se estaban dando”.
Esta obra inquietante, destacada entre las novedades que se presentaron recientemente en la Feria del Libro de Madrid, gira en torno a las más humanas preocupaciones, de las que no escapa esa estirpe privilegiada que constituyen los galenos, seres investidos de autoridad y rodeados de reconocimiento, pero finalmente víctimas de la soledad con que les toca hacer frente a la enorme responsabilidad que pesa sobre sus hombros.
Nacido en Maiquetía el 25 de enero de 1966, Morales Chávez está radicado desde 2007 en España, en donde combina el ejercicio de su profesión con su pasión por la literatura. Reconocido con la Mención de Honor en el certamen “Letras de Iberoamérica” por su relato Cinco minutos en 2019, es autor también de dos novelas: Las tías (2014), y El eco de las voces (2018), esta última reeditada por Ediciones Alféizar en 2020.
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