El sábado 8 de mayo, el periodista y escritor Raúl Cazal publicó en el diario Últimas Noticias una entrevista de lo más oportuna e interesante que le hizo al profesor Leoncio Barrios, psicólogo y ex profesor de la Escuela de Comunicación Social de la UCV. El trabajo lo tituló: “La Sociedad de la Comunicación Efímera”. Realmente excelente el encuentro entre Cazal y el profesor Barrios. Más adelante, les comentaré lo más resaltante de dicha entrevista.
Mi vena humorística no pudo dejarme en paz y algo muy divertido me llamó la atención de profesor tan particular. Según sus propias palabras, él notó que sus trabajos eran poco visitados en la web, por lo que decidió hacer un experimento: tomarse una foto al lado de un póster de Diosa Canales. Inmediatamente después de publicarla a través de las redes sociales, obtuvo más de 100 visitas mientras que su trabajo literario no llegaba a 10. El profesor se preguntó: ¿Será que me meto a actor porno?
Interesante el experimento de nuestro simpático profesor, pero no comprendo su sorpresa. Era de esperar que eso sucediera con Diosa Canales. Les aseguro que si algún día yo llegara a descubrir la cura de la COVID-19 y decido anunciarla a los medios junto a Diosa Canales, nadie se enteraría del acontecimiento científico.
Hace un tiempo, con esta diosa, viví una anécdota muy divertida en el diario El Nacional. En esa época, el periódico publicaba unos libros extraordinarios a precios económicos. No envidio a los locos soñadores que se dedican a editar libros, pues, como todos sabemos, en Venezuela no es un negocio barato ni lucrativo, pero el periódico necesitaba con urgencia vender libros para poder seguir editando otros libros. Fue entonces cuando a alguien se le ocurrió una idea.
—Oye, ¿por qué no sacamos un libro de Diosa Canales?
—Pero… ¿Diosa Canales escribe? –pregunté como un bolsa.
Todos se rieron de mí y me metieron en el lío.
—¡No! Diosa Canales no escribe, pero tú sí –luego, alguien añadió–, ella va a hacer lo que mejor sabe hacer, es decir, desnudarse. Y tú le escribes una vaina.
Confieso, sin temor a la crítica intelectual y literaria, que me encantó la loca idea, así que de inmediato escribí un texto divertido que anda por allí y en donde planteo que Diosa Canales, desnuda, le hace menos daño al país que algunos hombres y mujeres que se la pasan vestidos.
Llegó el esperado día de la presentación del libro de Diosa Canales. Era impresionante comprobar que asistió muchísima más gente que cuando se bautizaban libros llenos de cultura, conocimientos y poesía. Ninguno de los ejecutivos se atrevió a subir a la tarima y pararse junto a la vedette. Mataron al tigre y le cogieron miedo al cuero y… ¿adivinen a quién mandaron a decir las palabras del bautizo? Sí, a mí. Gustoso lo hice, además, el prólogo del libro era mío. Así que presenté a aquella mujer bella y exuberante. Cuando entró, produjo un revuelo nada normal entre fotógrafos y asistentes.
Ella, al oído, me susurró que no le gustaba hablar mucho en público, lo que resultaba una ventaja para la ocasión.
Para el momento del bautizo trajeron un tazón con pétalos de rosas.
—¡No! –dijo ella– Con rosas, no.
Dicho esto, no sé de dónde sacó un hilo dental para luego, cual agua bautismal, dejarlo deslizar sobre su libro.
Diosa, según mi concepto, hizo de acuerdo con su proyecto de vida lo que tenía que hacer. Sin que me quede nada por dentro y con el perdón de la incultura, creo que ese ha sido el mejor bautizo de libros que ha hecho El Nacional. Ni siquiera el libro que hicimos Zapata, Mara, Laureano y yo, tuvo la emoción que hubo durante el bautizo del libro de Diosa Canales, el cual, a la semana, ya estaba agotado.
Dejando atrás la anécdota de Diosa, quisiera resaltar, palabras más, palabras menos, aspectos interesantes de la entrevista del profesor Leoncio Barrios:
– Antes, el amarillismo era deleznable y ahora es normal.
– Asumimos que todo debe ser inmediatico (por si acaso, la palabra existe), por lo tanto, toda noticia, rápidamente ya es vieja o caliche.
– Hemos vuelto a la utilización del anonimato y del seudónimo.
– Las tendencias son efímeras. No nos detenemos en nada que haya que analizar.
– Ahora, todo el mundo, sin ser especialista en derecho, se convierte en juez.
Estimado profesor Leoncio, felicito al periodista Raúl Cazal por su entrevista y a usted porque ha dicho muchas verdades. Realmente todos aquellos quienes amamos la lectura y que hoy nos quejamos porque casi nadie lee nada (en especial los jóvenes), deberíamos poner en práctica la idea del profesor Leoncio Barrios y colocar, por ejemplo, a Rómulo Gallegos, Arturo Uslar Pietri, Aquiles Nazoa, Andrés Eloy Blanco, Gabriel García Márquez, Pablo Neruda y a otros grandes de la literatura, al lado de un póster de Diosa Canales para, de esta manera, intentar estimular la lectura.
Por los momentos y como estoy seguro de que a mí casi nadie me lee, a partir de hoy, para canalizar a mis lectores en el gusto por el verbo escrito, mis artículos siempre saldrán publicados con una imagen de esa bella y voluptuosa diosa de apellido Canales.