25 de noviembre de 2024 10:10 AM

Carlos Raúl Hernández: Paradigma del fracaso

Cuando apareció en pantalla hace varios lustros, me sedujo de inmediato. Decidida, fuerte, de expresión fluida, atractiva y arquetípicamente venezolana, lucía destinada a convertirse en la novia secreta de todos los hombres y la hermana de todas las mujeres. Cuando le rompieron la nariz en la AN, casi me puse hielo porque sentí como si hubiera sido la mía. Pensé que nadie podría mejor enfrentar a Chávez, a pesar de la boutade de “sacarlo a pelear” ante las cámaras en aquella ocasión. Pero mi esperanza empezó a turbarse y comenté a un querido amigo que “hablaba siempre arrecha” y el me corrigió: “habla como un hombrecito arrecho”. Escogió el camino del choque, el paradigma del fracaso. Se rodeó de los antiasesores necesarios para destruirla. Un ex dirigente copeyano con malderrabia, que todo el tiempo echaba espuma por la boca, responsable de convertir el Congreso en el matadero de la democracia. Ciego ante un sórdido gang, la Comisión de Contraloría de Diputados dirigida por su partido, paredón de fusilamiento sumario y sin pruebas, hasta que un empresario extorsionado de apellido Lamaletto publicó videos incriminatorios contra el gang. La más reciente prueba de hidrofobia fue aplaudir sanciones contra Venezuela para provocar un golpe de Estado.

Otro asesor, un exministro que conspiraba contra AD y la política económica de su propio gobierno. Desde muy antes, sus consejos llevaron al desastre, desde un Rector de la UCV, hasta el líder emergente a quien convenció para irse de AD y ser “candidato de la sociedad civil”, porque “AD rayaba”, garantizando así la destrucción del asesorado. Luego metió en la cabeza de un sindicalista la idea de aspirar a la presidencia y también lo pasó por la licuadora. De allá hasta hoy se apoderó de nuestra promesa femenina, le dio el beso de la muerte, que contribuye a explicar dos décadas errores y que en estos últimos días declaraba más que ella, los mismos disparates. Queda claro, después de la abstención y de los sangrientos incidentes de calle en los que segaron las vidas de cientos de jóvenes, dirigidos por un mequetrefe que lo justifico diciendo que “en toda confrontación hay bajas”. Sus antiasesores son responsables directos e inexcusables del fracaso tan sistemático, repetido, obsesivo, que parecería deliberado, si no fuera porque fue siempre víctima. El que disiente de sus comprobadísimos errores, es víctima de chantaje, injuria, calumnia, miseria, y estamos obligados a compartir vergüenzas que incansablemente, desde siempre hacen y “castiga” su sicario, llamado Avendaño.

Decidieron autodispararse siempre en el dedo grande del pie y perpetuar al gobierno. Este último acto de la tragicomedia comenzó con las insólitas primarias para segregar y dividir y no para triunfar, basadas en odio cainita. Recomienza el proceso al abismo, con cinco inhabilitados en competencia que terminaría con el triunfo de un no candidato. El plan se complica con la inscripción de alguien de posibilidades negadas, que les arrebata la chupeta envenenada. Y pese a verse desvalijados, lo partidos no saben qué hacer con el Frankenstein, su candidato no candidato. De organizarlas, el CNE se hubiera electrocutado en el tránsito de declarar ganador alguien inhabilitado, pero con la decisión de excluirlo, le resolvieron el problema. El resultado del proceso pudo ser o no ser real, pero no es verificable ni jamás se sabrá, porque se pagaron y se dieron el vuelto sin testigos. Las primarias los dejan sin candidato hasta cinco minutos antes de cerrar el proceso de inscripción ante el CNE, obra de un proceso con graves errores de diseño y de fábrica. Hoy vuelven al paradigma de 2005-15-18-19, botar el juego en el noveno y preferir la derrota a dar paso.

En vez de proponer al gobierno un entendimiento, un Pacto de Puntofijo, para la gobernabilidad, denunciar las sanciones, pedir la suspensión del juicio de la CPI y del wanted por la cabeza presidencial (Chamorro, Alywin) lo que era perfectamente deseable, se impuso la sicopatía de la confrontación, algo que está en el temperamento. El papel del radicalismo ha sido cada seis años pajear a la oposición, el paradigma de conflicto ciego, guarimbas, trancones, salidas YA, el “calle, calle y más calle”, RR, “abstención”, Gran Rechazo, “votas pero no eliges”, “ya estamos cerca”, “viene el quiebre”, “el golpe”, “la intervención internacional” “la presidencia provisional”, operación Gedeón, “el TIAR”, “la OEA”. Y la correspondiente debacle. 2018-19 en déjá-vu 2024, abstención y “presidencia provisional”, propiciar sanciones económicas y bloqueo del país. Habían comenzado con un tratamiento de cretinización al público con aquello de que la inhabilitación no existe o que la habilitación la da el pueblo, Maduro tiene que negociar conmigo, sin mí no hay elecciones. Lograron descerebrar a muchos seguidores que vomitan ante la verdad como sometidos al “tratamiento Ludovico” del clásico La Naranja mecánica.

Tres testimonios documentados difundidos por las redes entre el 31M y el 1M, indican la disposición a sabotear el proceso electoral. Machado anunció el domingo que mantendrá su “candidatura” y/o la de su primogénita, porque la ley le da autorización hasta diez días antes de la votación, lo que hace pensar que no la ha leído o que insiste en barajar a su servicio la realidad, así como se piensa facultada por la providencia para designar “sucesora”. No apoyará ningún candidato opositor y prefiere que gane el gobierno. Un documento loco lleno cretinadas, habla de “elecciones paralelas” y da información infantil de posibles detenciones gestionadas por la CPI y la “decisión de EE. UU” de que Machado “será candidata” luego que den un “ultimátum” a Maduro para que ella “se inscriba”. El vicealmirante (r) Carratú Molina en EE. UU denuncia que “están contactando militares en EE. UU para un ´movimiento libertario´ con militares vinculados a la operación Gedeón…se pretende vincularme con este nuevo engaño…Me veo obligado de (sic.) denunciar… con actividades no cónsonas con la realidad del país…propuestas inaceptables”.

El gobierno no soporta ni un pellizco para estallar en improperios, pero cualquier gobernante extranjero entendería que intentan desviar el proceso de normalización y sabotear las elecciones, un nuevo desastre. Qué pasaría en EE. UU, Francia o Alemania, ante la declaración abierta de un propósito insurreccional semejante al de cabecillas que ni olvidan ni aprenden y aherrojan al gobierno “hasta el final y más allá”. Creo que en esta nueva parada, Machado tensa al máximo la cuerda y espero que a nadie se le ocurra detenerla o amenazarla. La izquierda universitaria siempre quería “agudizar las contradicciones”. Varios grupos buscan cubanizar a Venezuela o en todo caso, nicaragüizarla y bastantes cocos secos juegan a eso. Hay que normalizar la vida de todos, porque en bochinches desestabilizadores descalabran la economía en perjuicio de la gente, que siempre paga.

@CarlosRaulHer

Síguenos en TelegramInstagram y X para recibir en directo todas nuestras actualizaciones

Share this post:

Noticias Recientes

El Espectador de Caracas, Noticias, política, Sucesos en Venezuela