De rodillas en el escenario, intentando esconder sus lágrimas con un sombrero, así estaba Karol G el viernes por la noche a escasos minutos de terminar un show, de más de dos horas y media, que estremeció al Estadio Monumental Simón Bolívar.
Su ‘Mañana será bonito tour’ la trajo de vuelta a Venezuela, después de 10 años de ausencia. “¡Gracias! Me siento muy bendecida y agradecida con ustedes”, fue lo que alcanzó a decir con la voz entrecortada, mientras era ovacionada por más de 40 mil personas.
“Venía con muchísimas expectativas, pero ustedes las superaron demasiado… Es increíble volver a estar aquí y que se sepan todas mis canciones”, había admitido antes, luego de poner a prueba a los asistentes con temas que se remontan a los inicios de su carrera como ‘A ella’, Mi cama, ‘El Makinon’ y ‘Punto G’.
Pequeña autobiografía
Y es que el ‘Mañana será bonito tour’, definitivamente, puede ser descrito como una pequeña autobiografía de Carolina Giraldo, nombrada Mujer del Año en los Premios Billboard Women In Music.
Fue un espectáculo que se paseó por sus inicios, cuando intentaba descubrir su estilo, reconocer los momentos más álgidos de su vida y celebrar su resiliencia, apostando por el empoderamiento femenino.
Tan es así que el espectáculo comenzó como un cuento de dibujos animados; un guiño a la parte más dulce de Karol G, que conecta con su esencia urbana.
‘TQG’, su añorada colaboración con Shakira, fue el tema con el que decidió salir al escenario, exactamente a las 9:30 pm.
Con un enterizo color nude lleno de detalles brillantes que acentuaban su silueta y una especie de pareo ajustado a la cadera, botas altas, lentes y el cabello rubio perfectamente batido le robó el aliento a todos. “Bichota” coreaban las tribunas.
“Ey, Venezuela”, gritó en medio de la euforia, luego de interpretar ‘Besties’. “Desde el momento que me dijeron que iba a venir a este estadio dije: me voy a preparar para tener la noche más chimba de mi vida”, completó con una sonrisa.
Varios actos
Ahí inició formalmente el show, que estuvo divido en varios actos y supuso una puesta en escena que involucró a los presentes. De hecho, cada fanático llevaba consigo un brazalete led que hacía juego con el show de luces del escenario y así, en una sincronía perfecta, las tribunas se pintaron del mismo color que Karol tenía en tarima: a veces rosa, en ocasiones amarillo, otras tantas azules y unas cuantas rojas y verdes.
La sirena Carolina y el temido tiburón que la transporta en todas sus fantasías fueron los protagonistas de la primera mitad del espectáculo, en la que la paisa aprovechó de lucir una camisa con la bandera de Venezuela en forma de corazón y una falda con nuestro tricolor. ‘Por si volvemos’, ‘Tusa’, ‘Amargura’ y, claro, ‘Bichota’ fueron las canciones más coreadas de ese apartado.
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