La OPS indica que la detección oportuna del cáncer alarga y mejora la calidad de vida de los niños e incluso poder curarlos.
Cada 15 de febrero se celebra en el mundo el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer Infantil, una de las primeras causa de muerte en este sector de la población, con el fin de crear conciencia y sensibilizar sobre esta enfermedad.
De acuerdo con la Organización Panamericana de la Salud (OPS), si bien el cáncer pediátrico no es prevenible, se puede lograr una detección temprana que alarga y mejora la calidad de vida de los niños e incluso poder curarlos.
El cáncer infantil se manifiesta en diferentes tipos de tumores, entre los cuales resulta más frecuente la leucemia, el cáncer cerebral, el linfoma, el neuroblastoma y el tumor de Wilms.
Un ambiente cargado de humo, el consumo de drogas o la exposición a rayos X durante el embarazo, así como la portación del virus de la hepatitis B son factores que inciden en la predisposición al cáncer.
Anualmente, alrededor de 280.000 personas de entre 0 y 19 años de edad son diagnosticados con cáncer, mientras estiman que en América Latina y el Caribe al menos 29.000 infantes lo padecen al año.
No obstante, recientes estudios médicos han indicado que un estilo de vida sano durante el embarazo y la primera infancia pudieran reducir el riesgo de sufrir esta patología.
Las fuentes especializadas del ente proponen ingerir frutas y verduras diariamente y evitar los alimentos fritos, asados y los conservados en vinagre; prevenir la obesidad, pues aumenta las posibilidades de los tumores como el de colon o endometrio.
Asimismo, recomiendan amamantar con leche materna, no exponerse a pesticidas y proporcionar las vacunas correspondientes al bebé, las cuales disminuyen las probabilidades de una leucemia aguda.
De acuerdo con los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), otras acciones son mantener a los niños alejados del humo de segunda mano, reducir la exposición a la contaminación ambiental relacionada con el tráfico vehicular, evitar la exposición a sustancias químicas que pueden causar cáncer, limitar la cantidad de radiación usada durante ciertos exámenes médicos, entre otras.
Las OPS ha precisado que en los países con mayores ingresos se curan más del 80 por ciento de los niños afectados, mientras que en las naciones de ingresos medianos y bajos la tasa de curación promedia el 20 por ciento.