La tragedia, el dolor y el estupor han arropado a la familia del Coronel (Ej) Carlos Jesús Sánchez Vásquez, quien el 16 de octubre de 2023 había solicitado su pase a retiro de la Fuerza Armada. Menos de dos meses después, la DGCIM lo detiene, lo mantiene secuestrado, lo incluye en una de las cinco conspiraciones y el 23 de enero de 2024 el Ministerio de la Defensa lo degrada y expulsa, junto a otros 32 oficiales “por cometer actos que van en contra de los principios republicanos y democráticos”.
La teniente Karen Nayarit Gómez Gutiérrez, esposa del coronel, denunció ante Hélene Devaux, coordinadora de la OACDDHH de la ONU, la desaparición forzosa de su esposo; el 22 de enero, la DGCIM la detiene y también la incluye como conspiradora. Han estado incomunicados de sus familiares y abogados.
El coronel aparece de segundo en la lista, publicada por el Ministerio de la Defensa, mientras su esposa es la Nr. 21. Todos fueron acusados por el titular castrense de estar “implicados en conspiraciones mediante la planificación de acciones criminales y terroristas para atentar contra el sistema de gobierno legítimamente constituido, las autoridades e instituciones del Estado y el pueblo venezolano, contemplando incluso, el asesinato del primer mandatario nacional, todo lo cual representa Actos de Traición a la Patria”, según dijeron en el comunicado donde publican los nombres de los oficiales degradados.
Es impresionante la falta de acción de la Oficina del Alto Comisionado de los Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (OACDDHH) para proteger a las víctimas. La puerta giratoria que desde hace años tiene activada el régimen venezolano está funcionando aceleradamente mientras los delegados de esa oficina instalada en Caracas siguen actuando con exagerada diplomacia.