22 de noviembre de 2024 7:48 PM

Aurora Lacueva: Vida en la Madre Tierra

Aurora Lacueva

Según el biólogo Ernst Mayr (1904-2005) una especie de inteligencia superior, como la humana, es un error de la naturaleza: su valor adaptativo es muy bajo. El presente parece darle la razón, pues nuestro impacto sobre el planeta es cada vez mayor, pero no trae casi nada bueno. Llevamos unos doscientos mil años deambulando por el globo. Con la invención de la agricultura, hace diez mil años, empezamos a cultivar plantas y criar animales, lo cual fue un cambio extraordinario y nos permitió nuevos desarrollos culturales. Mucho más tarde, la revolución industrial de finales del siglo XVIII implicó la acelerada elaboración de muy diversos bienes, gracias a la invención de máquinas y al perfeccionamiento de un sistema económico muy dinámico pero sin equidad, basado en el despotismo de la fábrica y el imperativo de crecer sin fin: el capitalismo.

Hoy, la emisión excesiva de gases contaminantes está llevando a cambios negativos en el clima: un calentamiento desquiciado, que destruye ambientes fecundos. Nuestra acción se ha extendido demasiado: 75% de la superficie terrestre no cubierta de hielo ha sido alterada por los humanos. Y 30% de los suelos del mundo están degradados. De los ocho millones de especies que se estiman, al menos un millón están amenazadas de extinción por la acción humana. Calculando la masa de todos los mamíferos que habitan la Tierra hoy, 60% es de reses, cerdos y otros animales de cría; 36% es de seres humanos y sólo 4% es de animales salvajes. Entre las aves, 70% la forman la masa de pollos y otras aves de criadero, y solo 30% la de aves silvestres.

Se requiere acción, en primer lugar de los países más ricos. Ellos deben producir y consumir menos. Pero también nosotros, aun con nuestras dificultades, debemos ir desarrollando políticas de largo aliento, que nos permitan vivir bien en un ambiente sano.

Recordamos que durante el gobierno de Chávez se prohibió en Venezuela la pesca de arrastre, un método muy destructor. Y también se pararon iniciativas en la minería del oro, intentando otros caminos de desarrollo. El futuro debe ser de las energías más limpias, como la solar y la del viento. Una dieta fuerte en variados vegetales producidos en el país, y limitada en carnes, es una necesidad ecológica. Y no podemos acabar con los bosques.

@AuroraLacueva

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