“El orden de los factores no altera el producto”, determinaba Pitágoras pensando en una multiplicación, lo que, digamos, no hace aplicable el veredicto a una división.
Ironizamos de inicio, pero dejemos de lado la ironía siempre acompañante de esta política de hoy, para precisar que todo se refería a a que cuando multiplicamos dos números no importa el orden, pues el resultado será siempre el mismo.
Hasta eso es controvertido hoy, aunque tengamos que dejar claro que en política el orden de los factores sí altera el producto, igual que en la redacción de un texto, pues el orden determina la coherencia o incoherencia de la expresión.
El 2025 viene después del 2024, podría deslastrarse un sabelotodo, con la limitación de su mirada, propia de los actores de la escena pública de hoy, para atribuirle efectos demiurgos al segundo con consecuencias festivas al primero.
El 2025, en realidad, será tanto o más traumático, aunque se haya producido un resultado favorable en 2024 a quienes apostamos por el cambio. Puede sobrevenir una ingente fluctuación de múltiples causas, de la resistencia de unos poderes incautados por el saliente, pero también por las acciones del entrante que precipite disidencias y abandonos con la consecuente inestabilidad.
He dicho que la manera de evitarlo es mediante el establecimiento de un programa mínimo consensuado al cual el vencedor se ajuste para evitar rupturas súbitas que den al traste con lo que será un gobierno de transición.
Cabe así el orden de los factores: acuerdo sobre lo que se hará antes de ejecutar a la voluntad del elegido, y una mirada de Estado presidiendo, lo que le ahorraría al país muchos malestares, aunque las dudas sobre ambos elementos parecen persistir dado que nadie habla de consensuar lineamientos y menos dan muestra de haber aprendido a alzar la mirada.
Para este momento seguimos en ascuas, pendientes de vacaciones tribunalicias o de complejas negociaciones. No se trata de hacer aparecer aquí a Hamlet, pues la referencia es Pitágoras, quien también se ocupó de música y astronomía y, según se agrega, de la filosofía racional de occidente.
El orden de los factores sí altera el producto: primero poner claro aquello a por hacer, pues de lo contrario puede que terminemos sin producto.
@tlopezmelendez
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