El Gobierno finlandés volverá a cerrar totalmente la frontera oriental con Rusia este jueves, el mismo día en que fueron reabiertos a modo de prueba dos de sus ocho cruces fronterizos, debido a la inusual cantidad de refugiados, anunció la ministra del Interior, Mari Rantanen.
Durante las pocas horas que han permanecido abiertos, al menos 62 refugiados de Oriente Medio y África han cruzado los pasos de Vaalimaa y Niirala, en la franja sur, cuando en condiciones normales la media es de un solicitante de asilo al día en toda la frontera.
«Parece que ha ocurrido exactamente lo que nos temíamos, es decir, que la llegada instrumentalizada al país y la incitación a que la gente busque asilo en la frontera han comenzado prácticamente de inmediato», dijo a la prensa la viceprimera ministra finlandesa y titular de Finanzas, Riikka Purra.
El Ejecutivo finlandés anunció el martes pasado la reapertura de los pasos de Vaalimaa y Niirala durante un mes para comprobar si la situación se normalizaba, aunque advirtió de que volvería a cerrarlos si Moscú seguía utilizando a los migrantes para desestabilizar el país nórdico.
El país nórdico, que comparte la frontera más larga de la Unión Europea con Rusia (1.340 kilómetros), clausuró en noviembre de forma paulatina sus ocho puestos fronterizos para frenar la creciente llegada de refugiados a través de la nación vecina, hasta que el 28 de noviembre cerró la frontera por completo.
Pese a ello, solo en noviembre llegaron desde Rusia más de 900 solicitantes de asilo de terceros países, sobre todo hombres jóvenes de Oriente Medio y Asia, una cifra treinta veces mayor a la habitual, según las autoridades migratorias.
El Gobierno finlandés sostiene que este fuerte incremento de refugiados se debe a un «ataque híbrido» de Moscú destinado a desestabilizar el país tras su reciente ingreso en la OTAN y su decidido apoyo a Ucrania en su guerra con Rusia.
Con información de EFE
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