Ucrania hizo este lunes encenderse las luces de alarma sobre las consecuencias de un eventual fracaso de sus aspiraciones de adherir a la Unión Europea (UE), a tres días de una cumbre que debe dar una respuesta a sus pedidos de ingreso.
Los dirigentes de la UE tienen en agenda una cumbre en Bruselas el jueves y viernes para discutir la apertura formal de negociaciones de adhesión de Ucrania, aunque Hungría adelantó estar dispuesta a bloquear un consenso.
Al llegar este lunes a una reunión de ministros europeos de Relaciones Exteriores, el jefe de la diplomacia de Ucrania, Dmitro Kuleba, advirtió sobre las «consecuencias devastadoras» que tendría una eventual decisión de la UE de mantener cerrada la puerta de acceso.
«No quiero siquiera hablar de las consecuencias devastadoras que se producirían si el Consejo Europeo [la cumbre prevista esta semana] fracasa en tomar una decisión, no solamente para Ucrania, sino también para la ampliación», dijo Kuleba.
La UE ya concedió a Ucrania en junio de 2022 el estatuto formal de país aspirante a la adhesión y le presentó un plan inicial de reformas para hacer avanzar las conversaciones, demandas que el gobierno ucraniano afirma haber cumplido en su mayoría.
«Como ya hemos dicho, hemos hecho nuestra tarea. Esperamos que la UE haga la suya», dijo Kuleba, en respuesta a las divisiones entre los países miembros del bloque.
En la capital belga, los dirigentes europeos también deben discutir un paquete de ayuda financiera a Ucrania de unos 50.000 millones de euros (54.000 millones de dólares), además del continuado soporte en armas y equipos bélicos.
Continuidad del soporte
La continuidad del multimillonario apoyo occidental a Ucrania quedó bajo un manto de incertidumbre por la amenaza del Partido Republicano de bloquear en el Congreso estadounidense nuevos paquetes de ayuda.
En la UE, el primer ministro de Hungría, Viktor Orban, amenaza con bloquear esa discusión por considerar que Europa precisa antes iniciar un «debate estratégico» sobre las relaciones con Ucrania para solamente después decidir sobre su eventual ingreso.
En una carta abierta, Orban señaló que los dirigentes de la UE no estarán en condiciones de tomar decisiones fundamentales «a menos que se halle un consenso sobre nuestra estrategia sobre Ucrania».
Por ello, Orban pidió que la discusión sobre Ucrania sea eliminada de la agenda de la cumbre porque «la obvia falta de consenso conducirá inevitablemente al fracaso».
Ante este escenario, el jefe de la diplomacia europea, Josep Borrell, formuló este lunes un llamado urgente a mantener la unidad del bloque.
«Espero que la unidad de la Unión Europea no se rompa, porque no es el momento de debilitar nuestro apoyo a Ucrania», dijo.
La ministra de Relaciones Exteriores de Finlandia, Elina Valtonen, opinó este lunes que la postura de Hungría era «muy, muy deplorable. (…) Es crucial que mantengamos la ayuda a Ucrania por el tiempo que sea necesario».
La diplomática reaccionó de esa forma a rumores de que la posición de Hungría era una tentativa de forzar a la UE a liberar recursos al gobierno húngaro que fueron congelados a raíz de una disputa por la situación del Estado de Derecho en ese país.
Por su parte, el jefe de la diplomacia de Letonia, Kristjanis Karins, señaló que «en Europa hemos enfrentado muchas veces desafíos internos, y cada vez los hemos superado».
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