El covid es una realidad extremadamente pesada. Ejerce su poder de una manera increíblemente nueva. Lo abarca todo. Y nos obliga a rehacer todas nuestras síntesis: políticas, económicas, educativas, psicológicas, laborales, organizativas en familia, religiosas. Todo en la palestra. Nada ni nadie podrá escapar. Estamos todavía dentro de esta crisis, pero quiérase o no, nos toca rehacer el día de “mañana”, el cual se nos adelanta con carácter fulgurante. ¿Acaso podemos avanzar algunas consideraciones concretas para ese mañana? Ciertamente no en espacios reducidos o individuales. Pero, ¿cuáles son, tal vez, algunas de las tendencias que permitan adelantar hipótesis, e inclusive, propuestas, hacia un porvenir cada día más cercano?
1 .Estamos viviendo un cambio de época, no sólo una época de cambios. La constatación es banal, y ha sido formulada múltiples veces en momentos anteriores. Sin embargo, la pandemia contribuye a cambiar, más que por el pasado, todos los datos acumulados. En tiempos pasados, hubo ciertamente acontecimientos extremadamente graves. Sin embargo, nunca en tiempos pasados fue recibido un drama tal para ejercer una influencia tan global.
2. Las transformaciones rápidas y profundas de hoy están en trance de iniciar y provocar una era fenomenal de incertidumbre, perplejidad, fragilidad y búsqueda. A su vez, abren el espacio mental y físico para disposiciones fundamentalistas, totalitarias, tanto a nivel político como económico y religioso, con afirmaciones de tipo “fin de la historia”, apocalipsis, “triunfo del capitalismo neoliberal” que insisten todas en el carácter fatal e irreversible de los fenómenos.
- Indudablemente, la rapidez y profundidad de los cambios no nos han permitido todavía apreciar la amplitud concreta de lo que nos ha aportado el covid. Normal. Estamos lejos de haber terminado de sacar las consecuencias, como lo reconocíamos más arriba. Vemos y presentimos la importancia de los nuevos posicionamientos políticos creados, no sólo en los países aparentemente intocables. Por ejemplo, la anarquía del poder político provocada en un país como Brasil, o el desprecio al derecho nacional e internacional creado en Estados Unidos, anuncian situaciones graves en la sociedad entera.
Seguiremos.
Sacerdote de Petare
