La patología ocular es muy sensible al envejecimiento y hay enfermedades, como la degeneración macular asociada a la edad, que tienen una incidencia altísima: Afecta a uno de cada diez mayores de 70 años. «Estamos viendo muchísimos problemas visuales en personas mayores».
El doctor Enrique Rodríguez de la Rúa, jefe del Servicio de Oftalmología en el Hospital Universitario Virgen Macarena de Sevilla opina que deben conocerse mucho mejor las causas de estas patologías –e investigar más– para poner en marcha planes que resulten más efectivos. «Pero es conocido que pueden prevenirse casos si se sigue una dieta saludable, si no se fuma, si se realiza actividad física de manera regular o si se controla la tensión arterial. También se está investigando el posible beneficio de antioxidantes y complementos vitamínicos», explica.
Otro reto, en su opinión, es potenciar el diagnóstico precoz en las personas que han desarrollado la enfermedad «y aplicar los tratamientos con puntualidad en las variantes que tienen tratamiento. Tenemos margen de mejora, aunque hemos avanzado muchísimo en este aspecto en los últimos años». Un porcentaje importante de casos de degeneración macular asociada a la edad se debe al crecimiento anormal de unos vasos sanguíneos denominados neovasos. El tratamiento estándar se basa en inyecciones intraoculares de medicamentos que tienen como objetivo evitar su proliferación y bloquear su crecimiento, porque causan pérdida de la vista muy rápidamente. «Llevamos aplicando estos fármacos desde 2007 y cada vez contamos con mejores tratamientos, lo que nos ha permitido mejorar los resultados en los últimos años», resume.
En este campo, se logró un hito en una enfermedad hereditaria de la retina, causada por la mutación de un gen: se encontró un tratamiento de terapia génica que ha permitido subsanar este error en el gen. «Esta tecnología de terapia génica se está probando de manera experimental en enfermedades muy comunes, como la degeneración macular asociada a la edad o incluso la retinopatía diabética. El ojo es un órgano idóneo para utilizar la terapia génica y por eso se ha avanzado tanto: es muy pequeño y el fármaco no sale del globo ocular, por lo que resulta muy seguro».
Por estos motivos, se han utilizado determinadas enfermedades de la retina causadas por la mutación de un único gen como banco de pruebas para la terapia génica. Para corregir el gen defectuoso –o para sustituirlo– se utiliza un virus inactivado que se introduce en el cuerpo del paciente. «Logramos que el virus haga lo que sabe hacer: introducirse en las células y obligarlas a producir la proteína que le interesa. En este sentido, la Oftalmología es pionera porque ya hay en el mercado al menos un fármaco así. Y van a venir más», vaticina.
Existe otro subtipo de degeneración macular asociada a la edad en la que no nacen neovasos, sino que determinadas células de la mácula –que es la zona central de la retina– van muriendo, causando una gran pérdida de visión que se produce de manera gradual. Existen ya fármacos aprobados en Estados Unidos para esta dolencia y el doctor Rodríguez de la Rúa confía en que «pronto» llegarán a Europa, ya que hasta ahora es una forma de ceguera sin tratamiento.
La terapia celular es otro abordaje prometedor para las enfermedades de la retina: consiste en introducir nuevas células en un tejido para poder tratar una enfermedad. «Es un reto más difícil», admite el experto. El motivo es que la retina es un órgano «complejísimo, con un tejido similar al del cerebro. Se ha avanzado mucho en investigación en laboratorio y en animales, pero tardaremos años en tener tratamiento con terapia celular. Pero creo que llegará algún día y permitirá regenerar la pérdida de visión en personas muy afectadas, a diferencia de la terapia génica, que puede tener un papel más preventivo en casos no tan avanzados».
Con información de La Razon
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