Con la crisis, se hace más difícil para las empresas importar materia prima y equipos, comprar afuera tecnología y experticia, botar lo viejo y reemplazarlo con lo nuevo… Así se abren nuevas oportunidades para la inventiva nacional: sustitución de insumos antes importados, reparación de maquinaria, fabricación de piezas, optimización de procesos… Las universidades tienen aquí un campo de trabajo y de aprendizaje, desde la asesoría o asistencia más sencillas hasta los proyectos de investigación y desarrollo más ambiciosos. Y, lo que resulta muy importante, la actividad puede ser fuente de recursos, para la institución y el personal implicado.
Desde luego, no es posible así reemplazar el imprescindible financiamiento estatal de las universidades públicas, cuya fuerte reducción tanto daño está causando. Pero sí puede lograrse un apoyo a fin de navegar en la tormenta. La atención no debe centrarse hoy en proyectos de resultados a muy largo plazo, sino en aquellos de frutos más próximos, y que interesen a empresas públicas y privadas de Venezuela o incluso de otros países.
Se hace necesario ser proactivos en las casas de estudios y contactar directamente, con propuestas interesantes, a empresas privadas grandes y medianas. Así mismo, reunirse al efecto con las diversas asociaciones de empresarios del agro, la industria y el comercio, asociaciones tanto de los grandes como de los medianos y pequeños. De primer orden el conectarse con las empresas públicas: básicas, de servicios, agroindustriales, etcétera. Esta línea de acción universitaria debería ser parte de conversaciones con la Comisión de Diálogo de la Asamblea Nacional y con el Ejecutivo.
Otra posibilidad a explorar, que se suma a las anteriores, es la colaboración con proyectos de organizaciones internacionales, enfocadas en problemas del ambiente, la salud, la infancia o la educación, entre otras áreas. Mejores semillas, máquinas repotenciadas, programas informáticos de avanzada, mayor tecnificación de la pesca, nanopartículas al servicio de la desinfección…, son muchas las áreas donde las universidades públicas trabajan o pueden trabajar, ofreciendo respuestas y generando ingresos. Pero no es aceptable que se diga pasivamente “Ya lo hacemos”, porque se hace pero en proporción pequeña. Se requiere avanzar.
@AuroraLacueva