Familiares y oficiales se reunieron este viernes en la ciudad de Homs, en el centro de Siria, para los primeros funerales de los centenares de muertos que dejó un ataque con dron efectuado la víspera contra una academia militar.

La agresión se produjo al terminar una ceremonia de promoción de oficiales. Según los medios estatales, 89 personas murieron -incluyendo 31 mujeres y cinco niños- y 277 resultaron heridas, tanto militares como familiares que habían asistido al acto.

Este viernes, a primera hora de la mañana, decenas de familiares y allegados de las víctimas se congregaron frente al hospital militar de Homs, desde donde fueron transportados los restos de las víctimas hacia el cementerio, constató un corresponsal de la AFP.

Una mujer, vestida de negro, lloraba la pérdida de su hijo. «¡No te vayas, querido!», gritaba. «Este sueño no te hace bien».

En unos videos publicados en redes sociales, se ven víctimas yaciendo en el suelo y a varios heridos pidiendo ayuda durante el ataque, en medio del caos y con disparos de fondo.

El Observatorio Sirio para los Derechos Humanos (OSDH), una oenegé radicada en el Reino Unido que cuenta con una red de observadores en el terreno, reportó un balance mayor que el de las autoridades: 123 muertos, incluyendo 54 civiles, y al menos 150 heridos.

El ministro sirio de Defensa, Ali Mahmoud Abbas, asistió al primer funeral, de unas 30 personas, tanto militares como civiles.

Las autoridades decretaron tres días de luto en el país.

De momento, ningún grupo reivindicó el ataque pero el ejército sirio acusó el jueves a «organizaciones terroristas armadas», afirmando que el asalto se efectuó «con drones cargados de explosivos», y prometió «responder con firmeza».

El mismo jueves, las fuerzas armadas sirias bombardearon el último bastión rebelde del país, en el noroeste.

El OSDH informó de 15 civiles muertos en las zonas rebeldes, parcialmente controladas por la organización yihadista Hayat Tahrir al Sham (HTS) y por grupos aliados.

Además, en la región rebelde de Idlib, Rusia efectuó al menos cinco bombardeos, según el OSDH.

El secretario general de la ONU, António Guterres, expresó su preocupación por la escalada en Siria y el enviado especial de Naciones Unidas para ese país, Geir Pedersen, reclamó una «desescalada inmediata» de la violencia.

La guerra de Siria, que estalló tras la dura represión gubernamental contra la oleada de protestas de 2011, provocó cerca de medio millón de muertos y dejó un país fragmentado.

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