El profesor Matthias Blüher, de la Universidad de Leipzig y del Centro Helmholtz de Múnich (Alemania), señala que es el comportamiento del tejido adiposo en las personas obesas y no su índice de masa corporal (IMC) lo que determina si se trata de obesidad metabólicamente saludable o no.
En una sesión de la reunión anual de la Asociación Europea para el Estudio de la Diabetes ha analizado los datos más recientes sobre el concepto de obesidad metabólicamente sana (OMS), más comúnmente conocido por el público como «gordo pero en forma».
«Aproximadamente entre el 15 y el 20% de las personas con obesidad no presentan ninguna de las complicaciones metabólicas que asociamos a esta afección, es decir, un control anormal de la glucemia y las grasas en sangre, hipertensión, diabetes de tipo 2 y otros signos de enfermedad cardiovascular», explica el profesor Blüher.
Las estimaciones sugieren una prevalencia diferente de la obesidad metabólicamente saludable (MHO, por sus siglas en inglés) en hombres y mujeres, siendo las mujeres con obesidad más propensas a padecerla (7-28%) que los hombres (2-19%). En el otro extremo del espectro, alrededor de la mitad de las personas con obesidad presentan al menos dos complicaciones. Para una masa grasa corporal total dada, las personas con MHO tienen una masa grasa hepática inferior (a la esperada para el IMC y la masa grasa total).
Según Blüher, es el comportamiento del tejido adiposo en las personas con obesidad, y no su índice de masa corporal, lo que determinará si su obesidad es o no MHO.
Así, en las personas con adipocitos (células que almacenan grasa) de tamaño normal, es menos probable que presenten las complicaciones de la obesidad, mientras que en las personas con adipocitos agrandados y tejido adiposo inflamado, es más probable que estas células presenten rasgos como resistencia a la insulina, que conducen a complicaciones metabólicas.
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