La percepción del país arreglándose se desvaneció de un día para otro. Cuando tanteamos, informalmente sobre este tema, a quienes están en la actividad comercial, coincide la mayoría en que todo está retrocediendo. Ni hablar de empleados, que saben lo duro que es ganar cada dólar en este país donde el bolívar, lamentablemente, cada vez vale menos.
Venezuela tiene hoy uno de los sueldos más bajo del planeta, cerca de Ruanda, Burundi y Uganda producto de una caída de la economía de cerca de 80% entre 2013 y 2021, no es motivo de orgullo para nadie.
La máquina del Banco Central de Venezuela imprimiendo billetes cual monopolio, llevó al país a sufrir una hiperinflación entre 2017 y 2021, de las más atroces del planeta.
Estoy en el sector privado, para nadie es un secreto que además del trabajo social y político, estoy vinculada al tema comercial a través del área de la salud. Nada distinto el frenazo que hemos registrado en este, como en el grueso del área económica privada.
Revisamos constantemente indicadores micro y macroeconómicos, y todos revelan que con el tema petrolero en picada, es poco probable que la economía no continue desplomándose. En este contexto, el sector productivo debería ser priorizado, pero ya sabemos que esa no es la realidad de nuestro país.
En el último reporte de Conindustria, el decrecimiento correspondiente al primer semestre de 2023 lo ubicaron en 7,6%. En este sentido, dejó claro esta organización industrial planteó que la poca demanda nacional, el comercio ilícito e impuestos asfixiantes a un sector privado gravemente golpeado; son los principales obstáculos para la cotidianidad del sector.
Asimismo, reseñaron que la falta de financiamiento frente al importante patrón de importación, también se suma a la lista de dificultades que, entre otras cosas, hacen que hoy 47% de las pequeñas empresas, operan apenas a 20% de su capacidad.
Este país necesita más que ferias empresariales donde alcaldes, gobernadores y el mismo Presidente de la República acudan a prometer ayudas que terminan llegando en cámara lenta.
Urge compromiso real desde el poder que ponga sobre la mesa soluciones concretas para que desde el sector primario supere la falta de combustible, el tema eléctrico y la inseguridad personal y jurídica. Hay también, obligatoriamente, que corregir lo que a pequeños, medianos y grandes industriales, les permita prender las máquinas sin que la ganancia sean números rojos.
Venezuela tiene demasiado potencial y cientos de miles de ciudadanos dispuestos a poner su corazón al trabajo, lo que le faltan son las condiciones. Si bien las sanciones internacionales afectan a todo nivel, urge recuperar sueldos y salarios para que los venezolanos tengan calidad de vida.
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