La justicia española investigará como homicidios imprudentes las trece muertes que dejó un voraz incendio el domingo en una discoteca frecuentada por latinoamericanos en la ciudad de Murcia, donde los allegados colaboraban con las labores de identificación en medio del dolor.
Una jueza de instrucción de Murcia «será la que dirija la investigación para el esclarecimiento de los hechos y depuración, en su caso, de eventuales responsabilidades penales», indicó este martes un comunicado de la corte.
La magistrada se encuentra «a la espera de que se completen las labores de identificación» de las víctimas, entre ellas colombianos, nicaragüenses, ecuatorianos y españoles, una vez que ya concluyó «la autopsia por los médicos forenses» para determinar «las causas y circunstancias de las muertes», señaló el comunicado.
Si la investigación concluye que «ha habido omisión de medidas de prevención» contra incendios y se confirman los homicidios imprudentes, los culpables podrían recibir hasta cuatro años de cárcel, o incluso nueve dado el elevado número de víctimas, explicó el fiscal general de la región de Murcia, José Luis Díaz Manzanera, al diario La Opinión de Murcia.
Según anunció el lunes el Ayuntamiento de Murcia (sureste), la discoteca Fonda Milagros, un conocido local de música latina donde se desató el incendio hacia las 06H00 del domingo, tenía orden de cierre desde octubre de 2022 por falta de licencia vigente para operar.
Pero la alcaldía no ha explicado por qué no se concretó esa medida, limitándose a señalar que determinará las responsabilidades.
«Se los tragaron las llamas»
Uno de los abogados de Fonda Milagros, Francisco Javier Verdú, afirmó este martes a la televisión pública TVE que los papeles de la discoteca estaban «en regla», y agregó que las autoridades realizaron una inspección del local «hace seis u ocho meses» y solo pidieron sustituir dos puertas para hacerlas contra incendios, lo cual se hizo.
«Todo el mundo sabía que esto estaba funcionando, nunca se ha notificado que haya que cesar la actividad, (…) que haya que cerrar», subrayó Verdú sobre la discoteca que anunciaba sus fiestas de salsa, cumbia o reguetón en redes sociales.
Según la policía, seis de los trece fallecidos fueron identificados por sus huellas dactilares, pero el resto tendrá que serlo mediante pruebas de ADN.
Por ello, familiares se han ido acercando a la sede de la policía para entregar objetos como cepillos de dientes o de pelo de sus allegados, que puedan servir en la identificación.
Es el caso de Miriam Montealegre, una nicaragüense que llegó desde su país a Murcia hace 17 años en busca de trabajo y que perdió en el incendio a su cuñada Marta Hernández, sus sobrinos Sergio y Eric Torres, y a la pareja de este último, Orfilia, según relató la mujer al diario El País.
«Se los tragaron las llamas, pero queremos saber» qué pasó, dijo Montealegre.
Montealegre decidió no ir a la celebración del 30º cumpleaños de Eric Torres, en la zona de la segunda planta con reservados de la discoteca, descrita como «un laberinto» por una testigo y donde las autoridades sospechan que podría haberse iniciado el fuego.
«Era la costumbre. Se reunía toda la familia y las amistades, pero esta vez no quise, quizá fue una presentimiento», dijo la mujer citada por El País.
Velas
Allegados y miembros de grupos de la comunidad latinoamericana en Murcia, como Colombianos Unidos, que agrupa a unas 200 personas de esa nacionalidad en la ciudad, se acercaron el lunes a las puertas de Fonda Milagros a colocar velas en recuerdo de los fallecidos.
Para ayudar en la investigación, los bomberos de Murcia preparan un informe, explicó un portavoz, Juan Ángel Navidad, quien precisó al canal Antena 3 que cuatro de las víctimas podrían haberse escondido en un baño de la segunda planta, que se desplomó.
Otros siete cuerpos se hallaron en «dos grupos por el mismo pasillo justo encima del hall de entrada en la (segunda) planta», agregó.
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