La inflación de la eurozona continuó su retroceso en septiembre y se situó en 4,3% interanual, su nivel más bajo desde octubre de 2021 aunque todavía muy por encima de la meta del Banco Central Europeo (BCE).
Según las cifras dadas a conocer este viernes por la agencia europea de estadísticas Eurostat, el índice de precios al consumidor registró una fuerte desaceleración respecto del 5,2% de agosto.
La inflación ha caído en forma gradual aunque constante desde fines de 2022, después de haber alcanzado un preocupante 10,6% interanual en el mes de octubre de ese año.
A pesar de esta desaceleración, el resultado de septiembre se encuentra aún sensiblemente por encima de la meta del Banco Central Europeo (BCE), de aproximadamente 2%.
A partir de finales de 2022 el BCE elevó las tasas de interés de referencia en un intento de controlar los precios.
De acuerdo con Eurostat, el segmento de los alimentos (que se mide junto con el tabaco y las bebidas alcohólicas) se mantuvo como principal vector de la inflación, con un aumento de 8,8% en septiembre.
Sin embargo, ese mismo sector había sido medido en aumento de 9,7% en agosto.
A su vez, la inflación subyacente -que excluye los reajustes del sector de alimentos y de la energía- cayó a 4,5%, mientras que en agosto había sido estimada en 5,3%.
La reducción constante de la inflación y en especial la tendencia de la inflación subyacente podrían convencer al BCE a poner fin a esa política.
El lunes, la propia presidenta de la institución con sede en Fráncfort (Alemania), Christine Lagarde, admitió el «dolor» de mantener elevadas los tipos de interés, por el impacto directo en los hogares.
Ursula von del Leyen, la titular de la Comisión Europea (brazo ejecutivo de la Unión Europea) admitió en septiembre que el retorno a una inflación del orden de 2%, la meta del BCE, aún «tomará tiempo».
Se mantienen las preocupaciones
Entre las principales economías de la eurozona, España exhibió un sólido resultado, con una inflación de septiembre estimada por Eurostat en 3,2%.
La locomotora económica europea, Alemania, registró un 4,3%, Francia el 5,6% e Italia el 5,7%, indicó Eurostat.
Para el economista Bert Colijn, del banco ING, la desaceleración al 4,3% de la eurozona en septiembre es una «buena señal», pero advirtió que las «preocupaciones se mantienen».
El experto no descartó un repunte inflacionario al inicio del próximo año, impulsado por un aumento en los precios del petróleo.
«Como la incertidumbre sobre el ritmo de normalización de la inflación persistirá durante algún tiempo, las tasas de interés del BCE más altas y durante más tiempo son definitivamente un escenario realista a pesar de la muy prometedora caída de la inflación en septiembre», indicó.
En tanto, el experto Jack Allen-Reynolds, de la consultora Capital Economics, advirtió sobre la política de ajuste monetario del BCE y dijo que la institución «no empezará a recortar tipos hasta finales de 2024».
Ante la posibilidad de un repute inflacionario a inicios de 2024 por aumentos en la energía, expresó su confianza en que ese impacto sea «compensado por nuevas caídas en la inflación básica y de los alimentos».
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