Los países ricos y las economías en desarrollo deberán adelantar varios años sus objetivos de neutralidad de carbono, recomendó este martes la Agencia Internacional de la Energía (AIE), que destacó las energías limpias como el principal instrumento para limitar el calentamiento global.
Las economías «avanzadas», como Estados Unidos y la Unión Europea, deberán adelantar cinco años -de 2050 a 2045- su objetivo de neutralidad de carbono, y China diez años, a 2050, para respetar el Acuerdo de París de 2015 y limitar el calentamiento global a 1,5 ºC respecto a la era preindustrial, indicó la AIE en un nuevo informe.
El calentamiento hasta la fecha se sitúa en 1,2 ºC, lo que ya ha contribuido a multiplicar desastres como inundaciones y sequías que afectan en particular a las poblaciones más vulnerables.
«El sector de la energía evoluciona más rápido de lo que muchos piensan, pero aún hay mucho por hacer y el tiempo apremia», destacó la agencia energética con sede en París.
El informe fue publicado a pocas semanas de las negociaciones de la 28ª Conferencia de las Partes (COP28), la gran cita anual del clima organizada por la ONU, que tendrá lugar en Dubái entre finales de noviembre y diciembre.
El documento publicado este martes por la AIE es una actualización de su «Net Zero Roadmap», una hoja de ruta para la neutralidad carbono en 2050, cuya publicación en 2021 causó impacto en el sector energético al pedir al mundo renunciar «desde ya» a todo nuevo proyecto petrolero o gasístico.
Precisamente, el futuro de las energías fósiles se anuncia como uno de los asuntos más ásperos en las negociaciones multilaterales de la COP28.
Tope a la vista en el consumo de energías fósiles
Dos años más tarde, la AIE destaca el auge de la energía solar y de la electrificación del parque de vehículos, que a su juicio permite mantener al alcance de la mano los objetivos climáticos más ambiciosos del Acuerdo de París.
«La ruta de los 1,5 °C se ha estrechado en los últimos dos años, pero las tecnologías de energías limpias la mantienen abierta», indicó Fatih Birol, el director de la AIE.
Al mismo tiempo, y en estos dos últimos años, matiza la agencia, «las emisiones del sector energético se han mantenido a un nivel obstinadamente alto, y alcanzaron un nuevo récord de 37.000 millones de toneladas de CO2 en 2022», un 1% más que en 2019.
Según el escenario actualizado de la AIE, el desarrollo de las energías limpias «es el principal factor» capaz de reducir la demanda de combustibles fósiles en más de un 25% esta década.
El desarrollo de dichas energías puede propiciar además una reducción de las emisiones de CO2 en el sector del 35% de aquí a 2030.
La AIE afirmó recientemente que «en los próximos años» de la presente década se alcanzará el tope de la demanda de energías fósiles -petróleo, gas y carbón-, gracias a las energías renovables y el desarrollo del coche eléctrico.
Cuidado con los retrasos
La AIE enfatizó que «incluso un pequeño retraso» en el recorte de emisiones provocará un incremento de la temperatura mundial superior a 1,5 ºC «durante cerca de 50 años». En otro informe reciente, la ONU avisó de que los objetivos del Acuerdo de París están amenazados por la falta de ambición de los países firmantes.
Además, dicho retraso en el recorte de las emisiones obligaría a los países a recurrir a tecnologías de captura de C02 «costosas» y todavía «no probadas a gran escala», apunta la AIE.
La institución se suma así a las críticas crecientes a esta tecnología, industrial o basada en medios naturales, consistente en extraer C02 de la atmósfera y en almacenarlo a largo plazo.
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